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viernes 19 de abril del 2024

Candelaria, la nena que quiere seguir jugando al fútbol

Por: Bianca Forconi

Candelaria Cabrera tiene siete años y vive en la localidad de Chabás, a noventa kilómetros de Rosario. Candelaria tiene una pasión: el fútbol. “De chica siempre estuvo con la pelota, piedrita que encuentra piedrita que patea”, aseguró se mamá, Rosana Noriega Conti, en comunicación con Rosario Nuestro. Sin embargo, lo que resulta ser un deseo, simple y concreto, corre riesgo: una normativa regional podría sacarla del equipo debido a que la liga no es mixta, sino masculina.

Candelaria juega en el club Huracán de Chabás. Su caso parecía aislado, pero se replicó por todo el país: desde medios locales y nacionales hasta Estefania Banini, jugadora de la selección Argentina de fútbol se hicieron eco de la problemática que atraviesa no sólo Candelaria sino toda nena que quiera vencer las reglas de género en el fútbol santafesino.

La lateral por izquierda tiene garra, fuerza, ataca y protege. Es la única nena que juega en la liga infantil Casildense, en donde compiten equipos del sur de la provincia de Santa Fe. La jugadora tiene permiso hasta fin de año para jugar, porque, como contó su mamá, juega en una categoría más chica, lo que le permite no ser fichada hasta el próximo año. “La liga nos dio la posibilidad de presentar descargos y notas, lo estamos haciendo con mi abogada. La idea es que que nos dejen dos años más mientras siga en la escuelita de fútbol donde juegan partidos amistosos”, explicó Rosana.

Las autoridades, sin embargo, le notificaron a Huracán que ya no la pueden alistar en sus formaciones. Si ella quiere seguir jugando, tiene que anotarse en un equipo de mujeres. Pero no hay ninguno en donde ella vive. De dieciséis clubes participantes de la liga, solo dos jugadoras son nenas y una de ellas es Candelaria. “El argumento que nos dan es que hay una disposición de AFA que se ficha a partir de los 8 años, entonces al tener que ficharla no lo podría hacer en una liga masculina”.

Rosana relató el momento en que le tuvo que comunicar a su hija que no iba a poder jugar más a la pelota: “Estuve tres días para decirle, esperaba un milagro que me diga que podía seguir y no pasó. Se acercaba el sábado y le tuve que contar que las nenas están prohibidas en equipos de varones. Lloramos las dos, nos angustiamos muchísimo, le dije que se quede tranquila que mamá iba a hacer todo lo posible”.

Cande es una nena que le encanta el deporte. Antes de encontrar lo que le apasiona, fue a Hockey y Taekwondo con su mamá, que es profesora de dicha actividad. “Ella me pedía que la lleve a jugar al fútbol. El año pasado le comente a los profesoras y me dijeron que no piense más y la lleve”.

Su mamá lo único que quiere es que su hija haga lo que le gusta, algo que parece muy simple. “No quiero que se quede en casa mirando por la ventana como juegan los nenes”, aseguró. Cande pateaba tarritos, tapitas, bollitos de papel: ahora pelea para que no le quiten el sueño de patear una pelota sólo por ser mujer.