Dentro del gran abanico de ofertas turísticas que ofrece la provincia de Mendoza, se encuentra la bodega Gimenez Riili, ubicada en Los Sauces, Tunuyán. El destino se enmarca dentro del recorrido del Bus Vitivinícola por el Valle de Uco y ofrece una amplia gama de actividades.
Claro está, su principal atracción es el vino. “Las uvas cosechadas a mano en su momento justo ingresan por una cinta transportadora donde se seleccionan cuidadosamente los racimos. Luego en una mesa vibratoria se hace una segunda selección manual de granos asegurándonos la calidad perfecta para el resto del proceso. Sin sufrir ningún tipo de presiones ni bombeos, y de forma absolutamente natural llegan las uvas seleccionadas a los tanques para iniciar su maceración y luego la fermentación que transformará las frutas en los grandes vinos de la familia”, destacan desde la bodega en su pagina web.
Federico Giménez Riili, el dueño del lugar, contó que a partir de las aperturas que se dieron tras la primera y segunda ola de contagios de coronavirus en Argentina, los visitantes locales se incrementaron. Incluso, algunos, deciden regresar seguido.
“Al principio de la pandemia tuvimos dos meses muy duros, no sabíamos cómo iba a continuar nuestra actividad. De repente se revirtió y el público local que no teníamos tanto empezó a visitarnos, a conocernos y a repetirnos. Hasta el punto que hay gente que cada tres meses vuelve, hacen escapadas cortas de tres días”, indicó el titular de la bodega, en diálogo con El Puente (Radio Mitre Rosario).
La bodega ofrece un servicio de restaurant, casa de huéspedes para alojamientos y actividades complementarias, como son clases de yoga, cocina, coctelería, cabalgatas y servicio de masajes.
El lugar cuenta “con 7 cálidas habitaciones orientadas a las diferentes vistas del Valle, cada una de éstas es única ya que refleja las diferentes generaciones de la familia: Los Culillos, Buenos Hermanos, De Nos, Tío Excéntrico, Padres Dedicados, Gran Familia y Joyas de Familia”.
La historia de la bodega
“Nuestros bisabuelos que llegaron desde España e Italia se dedicaron a la agricultura en otra zona, haciendo vinos de mesa. Nosotros construimos una marca con el apellido de nuestros padres en el año 2004 y de a poquito empezamos a incursionar en el mercado interno y externo”, contó Giménez Riili.
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