No canta bien,
no toca la guitarra bien,
no toca la armónica bien,
no es un gran tipo,
no se lo pierdan…
Sin ánimos de abrumarlos con una inaguantable y aburrida biografía, voy a tratar en primer lugar de atraparlos y luego conseguir que entren en el mundo del artista, que a mi humilde entender, más influyó en la historia de la música que todos escuchamos en la actualidad.
A Robert Allen Zimmerman, nacido en Duluth, Minessota en 1941, le alcanzo poco más de medio siglo para convertirse en el cantautor más prolífico e influyente del siglo XX.
Dueño de la voz del pueblo, fue líder musical del movimiento pacífico de una sufrida EE.UU en los ’60 en plena guerra de Vietnam, y supo disfrazar los problemas de esa sociedad con ‘Blowin´ in the wind’ y ‘The times they are a-changin’, entre otros hits del momento, que sobrevivieron al paso de los años para convertirse en himnos mundiales. En otras palabras anticipó los cambios que se venían en la música.
Loco, vanguardista, arisco, reacio al público, sin tener una voz académicamente correcta y con una capacidad inigualable para la literatura, especialmente en los género musical del folk y luego el rock; fue quien le dio sentido a las canciones, cuando el rock no era más que las simples letras y el gran carisma de Elvis Presley.
Tal magnitud toman sus letras que en la actualidad hubo propuestas de grandes escritores para que se estudien en las escuelas dentro de la materia de literatura. Para simplificar y reducir los incontables logros y premios que recibió a lo largo de su carrera, el haber recibido el Premio Nobel de Literatura en 2016, lo convierte, sin caer en la exageración, en el mejor escritor de canciones de la historia.
Fue constructor de una vida de excesos, digna de un profeta de la música. Las malas lenguas dicen que inició a Lennon y Mc Cartney en la drogas (a él fue dedicada la canción ‘Dr. Robert’ de The Beatles), que era amante del alcohol, las mujeres, las motos y la vida nocturna, motivo por el cual estuvo al borde de la muerte varias veces, primero en 1965 por un accidente en moto que lo dejo afuera del escenario por un largo tiempo, y luego en 1997 por una histoplasmosis, una infección a causa de su estresante vida.
Su personalidad lo transfiguro en un personaje que quizás nada tenga que ver con Robert Zimmerman, pero en el escenario es un miserable, que ha llegado a hacer recitales enteros de espaldas al público, que a sus músicos no los deja tocar ningún sólo de guitarra, que a su hijo Jakob Dylan (En la actualidad un músico muy reconocido en EE.UU) nunca lo ayudó musicalmente, es más, lo llevaba de asistente y sonidista para sus giras. Cuenta la leyenda, que una vez en Zaragoza hizo salir a todas las personas que estaban detrás del escenario porque sostenía que si veía un rostro humano antes de llegar a ver el público directamente no tocaba.
Párrafo aparte para su look, que marcó en cada época un sello inconfundible y que su generación copió con el correr de los años, incluso músicos destacados tomaban sus peinados para jugar un rato a sentirse Bob Dylan, y solo conseguían robarle un simple peinado, porque musicalmente no le llegaban a los talones.
Si decimos “Dylan”, decimos “influencia”, y son incontables los artistas que recibieron su herencia musical y me atrevo a decir que en muchas ocasiones lo plagiaron. Su legado lo tomaron Jimi Hendrix, The Beatles, Roger Waters, Keith Richards; también músicos de habla hispana como Charly García, Joaquín Sabina, Andrés Calamaro, León Gieco, entre otros.
Con más de 60 trabajos discográficos en circulación; con premios obtenidos como el Grammy, el Globo de Oro, Príncipe de Asturias de las Artes y el Pulitzer; segundo puesto en la Revista Rolling Stone de los músicos más grandes de la historia, luego de The Beatles; y tiene canciones como ‘Knockin´ on heaven´s door’, ‘Just like a woman’, ‘Like a rolling Stone’, ‘Mr. Tambourine man’; con discos como ‘Blonde on Blonde’, ‘Highway 61 Revisted’, ‘Modern times’ (en 2006 fue el álbum del año en Billboard 200).
Siendo cantautor, autor, actor, guionista, poeta, Dj, pintor; Con millones de éxitos en su vida, puedo decir que estamos frente a un genio de la cultura popular. Antes de despedirme con un breve juego de palabras que desnudan a este artista, no me canso de decir que Bob es el mejor y espero que cada persona que lea estas humildes pero sentidas palabras se den el gusto de poner al menos un rato en su casa al creador de la música moderna, Bob Dylan.
Su poesía, su talento;
Su hogar, el escenario;
Su canción, Like a Rolling Stone;
Su obra, Blonde on Blonde;
Su negación, su hijo;
Su sello, su look;
Su amor, los excesos;
Su religión, mixta;
Su profecía, su música;
Su nombre, Bob Dylan.