La Biodescodificadora y terapeuta María Elizabet Álvarez Depaoli afirma que “al momento de cualquier crecimiento personal que deseemos hacer no podemos dejar afuera el sistema familiar”.

Por eso, la biodescodificación busca sanar lo transgeneracional: estudia nuestra historia familiar y todos los fenómenos. Es decir, que desentraña los programas que nos hacen vivir situaciones repetitivas que impiden nuestro desarrollo ya sea a nivel laboral, personal, relacional, etc.

El peso de nuestra historia

Según la biodescodificación somos seres que recibimos emociones desde que estamos en el útero; muchas corresponden a la historia que tiene que ver con generaciones anteriores, bisabuelos, etc.

“Tenemos un lazo inconsciente que hace que repitamos determinados patrones. Mis conflictos están programados en mi sistema familiar” detalla Depaoli.

“Somos seres biológicos y emocionales dado que tenemos un sistema de pertenencia hacia el clan que nos hace actuar de cierta manera y por el que mantenemos un fidelidad invisible” agrega.

“Lo transgeneracional contiene todo lo que tiene que ver con emociones, circunstancias grabadas como un modo de supervivencia”.

Herramientas

Ante todo debemos preguntarnos:

• ¿Qué es lo que quiero?
• ¿Qué es lo que atraigo?
• ¿Qué resultados espero?
• ¿Qué es lo que siento?

“Generalmente todos tenemos un cierto patrón en algún ámbito, de inseguridad, adicciones, no sentirnos reconocidos, etc. Mediante la biodescodificación podemos romper con este patrón y superar aquello que nos frena”.

“Lo heredado es información para garantizar la supervivencia que se puede cambiar. Cuando logramos sanar ese programa de supervivencia que está ahí pero es una limitación, cambio la información para que mi descendencia tenga otro patrón, proceda distinto”.

Los pasos de la Biodescodificación

Tomar conciencia para qué está sucediento esto en mi vida.

• Comprender.
• Solución desadaptada.
• Liberar y reconocer.
• Trascender.

“Primero tenemos que reconocernos dentro del sistema para poder romper con el patrón y sanar así nuestra historia familiar” concluye Depaoli.