El Día Nacional del mate se celebra el 30 de noviembre de cada año. La jornada fue oficializada con una ley que se aprobó en 2013 y recuerda a Andrés Guacurari y Artigas, un caudillo guaraní que incentivó la producción y la distribución de la yerba mate.
Según datos del Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM), en el país se consume un promedio de 6,4 kilogramos de yerba mate por habitante por año. Se toma mate en más del 90% de los hogares. Hoy la Argentina es el principal productor mundial y el segundo exportador detrás de Brasil.
Tiene vitaminas (C, B1, B6, niacina), minerales, calcio, fósforo, magnesio, manganeso, potasio, hierro y sodio en baja cantidad. Es un potente antioxidante, y también ayuda a reducir el colesterol malo, entre otros beneficios para la salud.
Según explican desde el Instituto Nacional de la Yerba Mate, “para el guaraní el árbol de la yerba es el árbol por excelencia, es un regalo de los dioses”. Luego agregan: “Tomar la savia de sus hojas era para ellos beber la selva misma. Los conquistadores aprendieron de los guaraníes el uso y las virtudes de la yerba mate, e hicieron que su consumo se difundiera de forma extraordinaria al punto de organizarse un intenso tráfico desde su zona de origen a todo el Virreinato del Río de la Plata”.
Más tarde, los religiosos jesuitas introdujeron el cultivo en el norte de la Argentina, en el sur de Paraguay y el sudoeste brasileño. Es por esto que se los considera como los grandes difusores de la yerba mate en otros continentes, como Europa. Incluso, en ese teritorio llegó a ser conocida como el “té de los jesuitas”.
Finalmente, y con el paso del tiempo, el mate se consolidó como la bebida tradicional de la Argentina.