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miercoles 24 de abril del 2024

Bauza volvió a su casa: repasá su historia en Central

«Bienvenido a tu casa, Patón», rezaba la placa con la cual, desde la cuenta oficial de Twitter, Central anunció este jueves el acuerdo con Edgardo Bauza en Quito, quien se convirtió en el nuevo entrenador y regresará al club de Arroyito tras 17 años.

No caben dudas que no fueron para nada exageradas las palabras que se utilizaron para esa publicación, es que Bauza está completamente ligado a Central, tiene la suficiente historia forjada en el club de Arroyito, tanto como jugador como entrenador, como para confirmar su vuelta de esa manera.

Tras sus inicios con la pelota en sus pies en el club Sparta de la Asociación Rosarina, el Patón se probó por primera vez en el Canalla a sus 13 años y primero lo intentó de mediocampista central, pero al notar que sus chances en esa posición iban a ser pocas por la gran competencia en ese sector, prefirió retroceder al puesto de zaguero y por supuesto, no se equivocó.

Su debut en la primera auriazul fue de la mano de Timoteo Griguol en la fecha 14 del Torneo Nacional 1977, en un triunfo 4-0 sobre Quilmes. Su consolidación llegó ni más ni menos que en un clásico en 1979 que Central ganó 1-0 en cancha de Newell’s, con gol de aquel pibe de 21 años por aquel entonces.

La primera vuelta olímpica de Bauza en el club de sus amores llegó en 1980 con el Nacional, certamen en el que se impuso en la final sobre Racing de Córdoba. Con el poder de fuego que mantuvo en toda su carrera y lo llevaron a ser el cuarto defensor más goleador de la historia con 108 gritos, fue el máximo artillero del equipo en esa consagración con 12 tantos.

El Patón, encabezando la formación del Central campeón del Nacional 1980.

La primera etapa del ahora nuevo entrenador canalla finalizó en 1982 y cuatro años después regresó, tras sus pasos por Junior de Barranquilla e Independiente, para ser nuevamente campeón en la temporada 1986/87, la primera luego del regreso a la máxima categoría a fines de 1985.

Bauza da la vuelta olímpica tras conseguir el título en 1987 en cancha de Temperley.

El cierre de su etapa como futbolista fue en su querido Central en 1992, año en el que colgó los botines para dedicarse posteriormente a la coordinación de las divisiones inferiores y tomar, a mediados de 1998 la conducción técnica del primer equipo en su primera experiencia de la línea de cal para afuera.

Como jugador de Central, Bauza disputó 322 partidos y anotó 82 goles, de los cuales hizo 35 de penal, 23 de cabeza, cuatro de tiro libre y 20 de jugada. A su vez, es el máximo artillero de la historia de los clásicos con nueve gritos.

Se calzó el buzo de DT y quedó a un paso de la gloria

A mitad de 1998, el Patón se hizo cargo de la dirección técnica de Central y pocos meses después, disputó su primera definición: fue en la Copa Conmebol de ese año, cuando su equipo cayó 1-0 en Sao Paulo ante Santos en el partido de ida y no pasó del empate 0-0 en el Gigante, por lo que se le escapó la posibilidad de darle el segundo título internacional al club.

En 1999, tuvo una muy buena primera mitad, quedando en la cuarta colocación del Torneo Clausura con 32 puntos, a 12 del campeón Boca. Aunque lo mejor de aquel conjunto que comandaban futbolísticamente un joven talento como Ezequiel González y el goleador Juan Antonio Pizzi, fue en el Apertura, donde alcanzó el subcampeonato con una extraordinaria campaña de 43 unidades, a sólo una de River, que se quedó con el título.

En una práctica de Central, Bauza junto a uno de sus emblemas, Juan Antonio Pizzi.

Ya en el amanecer del nuevo siglo, el Central de Bauza empezó a acostumbrarse a la competencia internacional: en la Copa Libertadores cayó en la definición desde los doce pasos ante Corinthians en octavos de final, mientras que en el segundo semestre jugó la Mercosur y perdió en cuartos de final contra Vasco Da Gama, también en tanda de penales. 

La Libertadores 2001 despertó en el hincha canalla una gran ilusión, ante un equipo que pese a que arrancó perdiendo 3-1 ante Junior en Barranquilla, después se fue haciendo cada vez más sólido, avanzó en su grupo como líder, dejó en el camino a Cobreloa en octavos y en una definición infartante a América de Cali. El freno lo puso Cruz Azul, que fue mejor equipo en la ida en México y en la vuelta en el Gigante, eliminando al elenco auriazul en semis, lo que fue el punto final del primer ciclo del Patón.

La imagen de la desilusión de Bauza: Central se despedía de la Libertadores 2001.

En total, Bauza dirigió al Canalla en 151 partidos, de los cuales ganó 63, empató 39 y perdió 49. Su equipo anotó 230 goles y recibió 212. Logró una efectividad que apenas superó el 50 por ciento, cayendo ese porcentaje por un último año de flojas campañas a nivel local mientras peleaba en el plano internacional.

Luego de 17 años, en los que dirigió a Vélez, Colón, Liga de Quito (donde es ídolo por la obtención de la Libertadores en 2008, entre otros varios títulos), San Lorezno (donde también alzó el máximo trofeo sudamericano en 2014), Sao Paulo, la selección argentina y la selección de Emiratos Árabes, regresará a su casa, donde lo esperaron con ansias.

«Patón y conductor», el tema con el que Bauza se animó a cantar

En el 2000 y por iniciativa del Negro Roberto Fontanarrosa, para hacer un CD con fines benéficos para una casa de huérfanos en Rosario, el nuevo entrenador de Central puso su voz en una canción escrita por Adrián Abonizio.

«Mi nombre es Edgardo Bauza, soy técnico de mi club, la batuta que manejo lleva el color auriazul … La fe y el trabajo son mi inspiración preferida, a veces con cartas bajas se ganan grandes partidas … «, reza parte de ese tema que por estas épocas se hubiese viralizado en las redes con una velocidad impresionante.