El clásico español Barcelona-Real Madrid, previsto inicialmente para el 26 de octubre, fue suspendido debido a la situación que se vive en Cataluña tras la sentencia a los líderes independentistas catalanes, que desataron una ola de protestas e incidentes en la comunidad.
El encuentro se disputará en una fecha aún por determinar después de que La Liga haya propuesto el 7 de diciembre, aspecto sobre el que tendrán que pronunciarse ahora los dos clubes implicados.
El Comité de Competición de la Federación Española de Fútbol (RFEF) estudió este jueves la petición inicial de La Liga para que el partido se jugase en el Santiago Bernabeu en lugar de en el Camp Nou, alterando así el escenario de los partidos fijados en el calendario, así como los argumentos en contra de esta iniciativa remitidas por ambos clubes.
El Comité tomará una decisión definitiva una vez que Barcelona y Real Madrid respondan al planteamiento de La Liga que afectaría a los compromisos locales de ambos fijados para esa nueva fecha. En concreto, en esos días Barcelona tenía que recibir a Mallorca y Real Madrid a Espanyol.
El presidente de La Liga, Javier Tebas, explicó a la agencia de noticias EFE que adoptaron la decisión de pedir el cambio porque entendían que la situación implicaba un problema de seguridad y político.
«Nosotros tenemos un departamento de inteligencia que rastrea foros y los entornos digitales y se vio que el Clásico era especial, delicado, por los grupos que están generando violencia en Barcelona para generar conflicto», dijo.