Entraron armados. Listos. No importó que los dueños del restaurante de Agrelo al 1800 tocaran el botón antipánico y llamaran a la Policía. Los tres encapuchados, empuñando pistolas se dividieron el trabajo. Dos redujeron a los clientes y le sacaron todas sus pertenencias de valor; mientras uno de sus secuaces se encargaba de llevarse el dinero de la caja registradora.
El hecho tuvo lugar el domingo, cerca de las 22, cuando el negocio llevaba una hora abierto. Era la primera vez que los dueños del comercio sufrían un asalto de estas características; anteriormente habían ingresado ladrones, pero cuando el restaurante tenía sus puertas cerradas.
El hecho quedó registrado en las cámaras de seguridad del lugar. «Todos tenían sus rostros tapados. Es imposible reconocerlos», aseguró el dueño, al ser entrevistado por periodistas de Canal 3.
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