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jueves 28 de marzo del 2024

Arranca la quinta edición de «A Cuatro Voces», un ciclo literario de alto vuelo

Este martes a las 20:30 regresa a la ciudad el ciclo literario A Cuatro Voces, organizado por distintos escritores. El encuentro, que va por su quinta edición, se configura como un espacio de intercambio entre géneros y artistas locales. Previo a la cita, que será en Mendoza 1098, Rosario Nuestro dialogó con  Rocío Muñoz, una de sus promotoras.

Nacida en España, Muñoz reveló que el formato del evento surgió en 2014 en Sevilla, su ciudad natal como una idea conjunta con su pareja, Luis Alberto Steingman. Un años más tarde, ya en Rosario, se acoplaron Federico Rodríguez y Maia Morosano, quien en 2017 dejó su puesto a Laura Brandazza, para completar así el cuarteto organizador.

Quizás lo más atractivo de los mitines sea la participación del público que aparece como broche de oro cada vez. Es que a las lecturas de textos en voz alta de diez o quince minutos se suma la «Rueda prensa anónima», un segmento de la noche especialmente dedicado a las preguntas de los presentes, quienes, lápiz y papel en mano mediante, pueden hacer llegar sus inquietudes a los escritores.

Tras las aclaraciones sobre los orígenes, la joven autora subrayó la necesidad de evitar priorizar un estilo literario sobre otro.»En cada ocasión reunimos a cuatro autores de literatura, tanto de poesía como de narrativa o dramaturgia. Lo importante es que tengan obra literaria y que sean diferentes cada vez», explicó. Además, puso especial énfasis en la paridad de género de las reuniones: al escenario suben dos mujeres y dos varones.

Por último, Rocío Muñoz aclaró que la concepción del arte que subyace en A Cuatro Voces se asocia a la de resistencia. «La construcción literaria hace el mundo y a los pueblos más libres», concluyó.

Los invitados que encabezarán la quinta vuelta serán Marcela Armengod, David Chuloque, Paulina Rodríguez y Martín Prieto. También habrá música a cargo de Mateo Pique, que cantará y hará sonar su acordeón y aclimatará al auditorio. Está todo preparado: los textos, los autores y la barra para el cierre. Sólo queda asistir una vez más al encuentro con lápiz, papel y ganas de preguntar.