Este fin de semana Rosario vuelve al aislamiento estricto, una medida dictada a nivel nacional para las zonas categorizadas bajo alarma epidemiológica. Pese a las últimas restricciones, el nivel de contagios de coronavirus sigue siendo alto- aunque es preciso esperar para sacara conclusiones-, y se busca mitigar el impacto de las internaciones en el sistema sanitario a través de la reducción drástica de la circulación de personas. Una especie de shock de apenas 48 horas, un ensayo para bajar la curva, o-aunque más no sea- la ocupación de camas.
De este modo, quedan suspendidas en la ciudad y en el resto de los distritos bajo alarma, las actividades económicas, comerciales, industriales, de servicios, culturales, deportivas, religiosas, educativas, turísticas, recreativas y sociales, en consonancia con el Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) aprobado el miércoles último por el Senado.
Según el DNU, firmado por el presidente Alberto Fernández, el objetivo es «evitar consecuencias irreversibles para la salud pública» a raíz del colapso que del sistema sanitario público y privado en todo el país en el último trimestre.
Qué está permitido y qué no
• Sólo podrán realizarse salidas de esparcimiento al aire libre en lugares de cercanía, en el horario autorizado y con tapabocas, distancia y entre convivientes, teniendo en cuenta la restricción total a la circulación entre las 18 y las 6, excepto para quienes desarrollan tareas esenciales.
• Están prohibidas las reuniones de personas, concentraciones, prácticas recreativas grupales y circular afuera del límite del partido, departamento o jurisdicción del domicilio de residencia.
De lo anterior se desprende que la ciudadanía sólo podrá movilizarse en las cercanías de su domicilio y con el casi excluyente motivo de aprovisionarse de comida, medicamentos y artículos de necesidad en los comercios esenciales.
