Andrés Canepa: “La radio tiene una magia que te atrapa, un imán que hace que no la puedas dejar”
La radio cumple este jueves 100 años de vida, desde aquella primera transmisión en Argentina. «Los Locos de la Azotea» lo hicieron posible un 27 de agosto de 2020. Enrique Telémaco Susini, Miguel Mujica, César Guerrico y Luis Romero Carranza, transmitieron en directo la ópera Parsifal de Richard Wagner desde la terraza del teatro Coliseo en Buenos Aires, materializando un sueño que parecía muy lejano hace un siglo atrás.
Andrés Canepa, conductor del programa El Puente que se emite por Radio Mitre Rosario y uno de los referentes de la radiofonía joven de la ciudad, contó a Rosario Nuestro lo que representa para él este medio de comunicación. Periodista de pura cepa, Andrés tiene 32 años, es licenciado en Comunicación Social y dio sus primeros pasos en un estudio de radio cuando era adolescente.
“Arranqué a hacer radio a los 18 años en Funes, en radio El Faro. El papá de un amigo, Jorge Bedouret, me dio la oportunidad de empezar cuando en una cena le dije que quería ser periodista. Me dijo ‘el sábado empezás conmigo’. Me dio aire y un espacio para foguearme”, rememora sobre sus comienzos. Curioso y verborrágico de nacimiento, agrega: “Siempre supe que los medios de comunicación eran mi pasión, desde chico agarraba el diario, escuchaba la radio, me tocó criarme en una casa de una persona de medios como mi viejo (Jorge Cánepa) y siempre tuve curiosidad por lo que pasaba dentro de los medios de comunicación”.
Andrés siente que la radio es su lugar en el mundo. La vida sin la luz roja del estudio para él carece de sentido. “Los que hacemos radio sabemos muy bien que es una manera de vivir. No concebimos nuestra vida sin la radio, te puede faltar cualquier cosa cuando uno es periodista menos esa hora o dos horas de radio que se pueden hacer por día», explica y sentencia: «Uno puede dejar de escribir un tiempo, puede dejar de hacer tele tranquilamente, pero la radio tiene una magia que te atrapa, tiene un imán que hace que no lo puedas dejar, eso es lo que para mí es la radio”.
Para el joven comunicador la radio es una especie de terapia, pero también un modo de empatía y conexión con el que escucha. “Es poder hablar con la gente, llegar de otra manera, el ser una compañía y la sensación de sentir que el que está del otro lado te acompaña. Todo eso se combina para generar un combo del que es muy difícil de desapegarse».
Por vicisitudes del destino, Cánepa estuvo un tiempo fuera del aire. «Sentí que me faltaba algo, un vacío en mi vida”, asegura y no duda: “Siempre vamos a estar haciendo radio, con otras plataformas con el cambio de las tecnologías, pero hacer radio es una manera de vivir y no lo vamos a dejar por nada”.
Hijo de un hombre de medios, desde la infancia, el periodista tuvo la fortuna de rodearse de los grandes exponentes de la radiofonía local. Sobre el cierre de la charla se remonta a algunos de esos encuentros. “De chico me tocaba ir a la escuela escuchando a Nacho Suriani. Escuchaba a Luis Novaresio después cuando reemplazó a Nacho, a Roberto Caferra, con quien me tocó un par de veces comer y conocerlo, de chico escucharlo de temprano. Ni hablar alguna reunión que pude mantener con Evaristo Monti, un referente de la radio rosarina de todos los tiempos, o el viejo y querido Raúl Granados, con quien me une una relación familiar y de amistades».
Para despedirse, Andrés insiste sobre una idea que atraviesa todo su relato. Necesita radio para vivir. «No lo voy a dejar nunca”.
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