Fabricantes alertaron sobre la importación “irrestricta” de maquinaria agrícola usada: "Una decisión abrupta que podría destruir el futuro del sector"
La Asociación de Fábricas Argentinas de Tractores (Afat) emitió un comunicado en el que manifestaron su preocupación por la medida impulsada desde el Gobierno.
La Asociación de Fábricas Argentinas de Tractores (Afat), que reúne a diversas empresas que fabrican maquinaria agrícola, emitieron un comunicado en el que manifestaron su preocupación acerca de la medida implementada por el Gobierno que refiere a la la eliminación abrupta del Certificado de Importación de Bienes Usados (CIBU) para las máquinas usadas en el sector.
En ese sentido, advirtieron que el Decreto 73/25 "generará impactos económicos, sociales y ambientales adversos significativos para el país" y sostuvieron: “Argentina tiene todas las oportunidades para ser el país más eficiente del mundo en producción agropecuaria, para lo cual requiere modernización y tecnología. La competitividad de la fabricación local se logra bajando el costo argentino (matriz impositiva, costos laborales, etc.). Importar equipos usados, subsidiados y obsoletos nos alejan de esa meta”.
De esa manera, señalaron que las empresas de AFAT, como Agrale, Massey Ferguson, Claas, entre otras, "son protagonistas esenciales de la producción agropecuaria argentina, y llevan invertidos miles de millones de dólares, desde hace más de cinco décadas, en el desarrollo, fabricación local y distribución de maquinaria agrícola de última generación, ofreciendo equipos cada vez más eficientes y sustentables, brindando servicio 24x7, con presencia en más de 500 puntos a lo largo y ancho del país, con 12 plantas fabriles instaladas en Buenos Aires, Santa Fe y Córdoba y generando 16.700 empleos entre plantas, red de distribución y proveedores".
Tras brindar esa explicación, sentenciaron que la medida del Gobierno "impide una competencia genuina ya que introduce una clara asimetría entre la producción y distribución local, y la importación de maquinaria usada - que no cuenta con garantía ni trazabilidad alguna- proveniente de economías subsidiadas y con cargas sensiblemente menores, tanto en materia fiscal, como en costos laborales; condiciones superiores en financiamiento y promoción de la producción y de la comercialización; en los seguros y en la logística".
De esa manera apuntaron a que para los países exportadores de maquinaria usada, los productos a comercializar son mercadería de descarte ya amortizada, “por lo cual su valor de exportación es tan bajo que ningún arancel logra compensarlo como para asegurar una competencia justa”, lo que para el organismo afecta “tanto al mercado local de usados como a las operaciones de compra de maquinaria nueva con retoma de usados”.
"En Argentina, entre el 60 y 75% de las ventas de equipos nuevos (dependiendo el segmento) contempla la toma de usados como parte de pago. Con esta medida, como lo demuestra la experiencia en otros países que tomaron caminos similares, habrá una consecuencia directa sobre la demanda de maquinaria nueva, y por ende sobre la actividad de los fabricantes, proveedores de materiales e insumos, servicios y distribuidores", consignaron.
Así las cosas, argumentaron: “La introducción “irrestricta” de maquinaria usada, no solo atenta contra la necesaria renovación tecnológica mencionada, sino que genera un desequilibrio estructural en el ecosistema productivo en Argentina, cuyas consecuencias exceden lo estrictamente comercial y afectan al empleo; la productividad agropecuaria; la sustentabilidad ambiental y la sanidad fitosanitaria; la seguridad operativa de la maquinaria y de los trabajadores rurales, el transporte y logística asociadas; y la prevención de actividades fraudulentas e ilegales vinculadas al lavado de dinero”.
"En síntesis, tiene el potencial de generar un impacto devastador porque no solo pone en riesgo la posibilidad de incrementar, o sostener, los USD 45.000 millones de exportaciones que la agroindustria aporta, y 1 de cada 4 pesos del PBI nacional, sino que también representa una amenaza para los 3,5 millones de empleos directos e indirectos que dependen de esta cadena", concluyeron.
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Acerca de la Afat
Las compañías socias de AFAT (Asociación de Fábricas Argentinas de Tractores y otros equipamientos Agrícolas e Industriales) cuentan con 12 plantas industriales que ocupan una superficie fabril de más de 500 mil metros cuadrados. Con una red de distribución de alrededor de 500 puntos de venta en todo el país, las empresas socias de AFAT generan unos 16.700 empleos, entre directos, indirectos y red de distribución.
Las marcas representadas son: Agrale, Massey Ferguson, Challenger, Valtra, CASE IH, New Holland, CLAAS, FPT, Jacto, John Deere y Stara.
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