El presidente Alberto Fernández fue postulado al premio Nobel de la Paz por una iniciativa de tres diputados bolivianos que responden a Evo Morales. Consideran que «salvo la vida» del exmandatario del vecino país cuando le dio asilo político en Argentina. «Nuestra democracia le debe mucho», aseguraron.
Grobert Nogales Grageda, Santos Mamani Espinoza y Gualberto Arispe Maita fueron quienes postularon al mandatario nacional a través de una carta enviada al Comité Nobel Noruego, en la que lo describen como “un jurista que siempre estuvo comprometido con la causa y la práctica de los derechos humanos en la Argentina y en América Latina”.
“Su actitud decidida y valiente permitió salvar la vida del ex presidente Evo Morales Ayma y del ex vicepresidente Álvaro García Linera”, continuaron en su escrito a la hora de argumentar los motivos por los cuales Fernández debe ser candidato al Nobel de la Paz y siguieron: “Esta actitud también permitió la recuperación de la institucionalidad democrática y poner fin a la persecución que sufrieron los pueblos originarios durante el Golpe de Estado que ocurrió el 10 de noviembre de 2019”.
Por su parte, los diputados señalaron que “Evo Morales y otros perseguidos consiguieron abrigo en la Argentina. Que se mantuviera con vida y liderase el regreso a la Constitución fue un factor de enorme importancia en las elecciones” que se llevaron a cabo el pasado 18 de octubre y en las que se impuso Luis Arce Catacora.
Más razones fueron expuestas por los legisladores para explicar la postulación del mandatario: también se refirieron a los libros dedicados a los DDHH bajo la autoría del presidente y subrayaron su gestión como jefe de Gabinete durante las presidencias de Néstor y Cristina Kirchner, entre 2003 y 2008. A su vez, resaltaron la aprobación del aborto legal y gratuito, al igual que “la profundización del proceso de democratización enfatizando la necesidad de mejorar el funcionamiento de la Justicia y promulgando una legislación avanzada que permitiera terminar con la discriminación e igualdad”.
“Los bolivianos fuimos beneficiarios directos de esa recuperación de valores y conductas”, afirmaron Nogales Grageda, Mamani Espinoza y Arispe Maita, y agregaron: “Nuestra democracia le debe mucho al presidente Fernández y a su política de solidaridad activa con el Estado de Bolivia y con sus ciudadanos y ciudadanas”.
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