El ex delantero de Colón hizo la revisión médica sin avisarle a la institución millonaria, que justamente le reclamó al Leverkusen (que pagaría 24 millones de euros) por esta situación y por supuestos incumplimientos. Además, la directiva de River exige a sus pares alemanes que desistan con la operación porque de lo contrario viajarán a FIFA amparándose en el reglamento.
Los argumentos que esgrimen desde Nuñez se basa en el cumplimiento del artículo 17.4:“Además de la obligación de pago de una indemnización, deberán imponerse sanciones deportivas a un club que rescinda un contrato durante el período protegido, o que haya inducido a la rescisión de un contrato. Debe suponerse, a menos que se demuestre lo contrario, que cualquier club que firma un contrato con un jugador profesional que haya rescindido su contrato sin causa justificada ha inducido al jugador profesional a la rescisión del contrato. La sanción consistirá en prohibir al club la inscripción de nuevos jugadores, tanto en el ámbito nacional como en el internacional, durante dos períodos de inscripción”.
Mas allá de que este artículo ampara a River, sostienen lo que señala el artículo 16:“Un contrato no puede rescindirse unilateralmente en el transcurso de una temporada”.
En este caso, no parece haber ruptura unilateral sin causa justificada como argumenta River, porque se trata de una rescisión con una cifra establecida fijada en el contrato del jugador. Y tampoco Leverkusen parecería estar induciendo a una rescisión de contrato, ya que justamente hay una cláusula que ejecutaría el propio jugador. Pero lo que sí puede tener a favor el «Millonario» es que se trata de un “período protegido”, ya que acaba de arrancar la temporada.
El libro de pases en Alemania finaliza el jueves, por lo que la operación del goleador santafecino debería resolverse en las próximas 48 horas. El final de esta novela continúa abierto y River desea no perder a Lucas Alario para lo que queda del 2017.
