Pese a que para muchos las picaduras de insectos sólo traen dolor y molestia localizada, hay personas a las que les ocasiona reacciones alérgicas severas y si no reciben una inyección de adrenalina o epinefrina a tiempo, hasta pueden ser mortales.
Por ese motivo, durante los meses de calor es recomendable elevar las precauciones, conocer los síntomas graves, saber cómo evitar una picadura y tener claro qué hacer si no pudo impedirla.
En algunos casos, en particular los niños, la reacción local a una picadura de insecto puede ser más importante, durar unos días y se la llama «reacción local exagerada»: los síntomas son enrojecimiento, inflamación y prurito en la picadura.
Una situación muy diferente se da en personas que son severamente alérgicas a las picaduras en las que se compromete a todo el organismo -reacción sistémica- y se denomina «anafilaxia». Las reacciones alérgicas sistémicas producen, en muchos casos, reacciones de tipo anafiláctica que pueden costar la vida, y por ello es fundamental tener en cuenta que si luego de una picadura los síntomas exceden la reacción local, la persona debe ser evaluada por un profesional.
«Estas reacciones sistémicas severas suelen repetirse ante nuevas picaduras, muchas veces con mayor severidad y, en general, no desaparecen espontáneamente con el crecimiento, sólo se curan si reciben inmunoterapia con el veneno adecuado», explicó Jorge Máspero, especialista en Alergia e Inmunología y director médico de la Fundación CIDEA (Centro de Investigación de Enfermedades Alérgicas y Respiratorias).
Además de la alergia al veneno en cuestión, el paciente debe ser adecuadamente diagnosticado porque existe un factor de riesgo importante que es la presencia de una afección llamada «Mastocitosis Sistémica Indolente», en la cual quienes la padecen presentan reacciones extraordinariamente graves a las picaduras de insectos.
La severidad puede variar dependiendo de la zona donde el insecto pica: las más peligrosas son en las partes del cuerpo muy vascularizadas como, por ejemplo, la cabeza, los dedos, los labios o los genitales.
Durante los meses de calor, hay que tener especial cuidado con las picaduras de abejas, avispas y hormigas rojas.
Los síntomas de reacciones graves son urticaria en grandes áreas del cuerpo; inflamación en la garganta o la lengua; dificultades para respirar, mareos, calambres, náusea o diarrea; y en casos extremos, una rápida caída de la presión arterial que puede producir shock y pérdida del conocimiento.
Cómo evitar las picaduras de abejas, avispas y hormigas rojas:
– Aumentar las precauciones en los lugares donde hay agua y plantas, ya que las abejas y las avispas suelen estar en ese tipo de zonas.
– Alejarse del «territorio» de los insectos picadores, los cuales tienen más probabilidad de picar si sienten amenazado su hogar.
– Si encuentra insectos voladores que pican, manténgase tranquilo y en silencio, moviéndose lentamente.
– Muchos insectos como abejas y avispas buscan néctar, así es que se debe evitar confundirlos. Los colores vivos y los perfumes pueden hacerlo parecer y oler como una flor y atraer así a las abejas. Se debe evitar la ropa de colores brillantes y el perfume cuando esté al aire libre.
– El olor de la comida atrae a los insectos. Tenga cuidado al cocinar, comer o tomar bebidas dulces como gaseosas o jugos al aire libre. Mantenga la comida tapada hasta que la sirva.
– Evite la ropa suelta que puede atrapar insectos entre el material y la piel.
– En el caso de las hormigas rojas, suelen picar en los pies y entre los dedos, por eso hay utilizar zapatos cerrados, no estar descalzo.
– Portar siempre la medicación de emergencia prescripta por el médico si se va a estar al aire libre.
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