Lo deseó durante mucho tiempo, lo materializó este año y finalmente, a partir del 11 de agosto el público podrá disfrutarlo. Con una carrera sólida como actor y productor de cine, teatro y televisión, Adrián Suar debuta como director con 30 noches con mi ex, una comedia emotiva que coprotagoniza junto a Pilar Gamboa. «La pandemia fue el empuje, dije es ahora o nunca a ver si en la próxima pandemia no me cuentan entre nosotros”, confesó el «Chueco» a Noticias Argentinas, quien asumió el desafío de abordar un tema sensible como la salud mental.
Su personaje es El Turbo, un hombre que luego de pasar años separados de La Loba (Gamboa), por pedido de su hija acepta convivir durante 30 días con su exmujer, que viene de una larga internación psiquiátrica. La transición entre la internación y su reinserción en la sociedad no será fácil, pero a pesar de los obstáculos lograrán retomar una dinámica familiar que hará reflotar sus sentimientos.
¿Cómo ayudar y acompañar a quien atraviesa un problema de este estilo? ¿Cómo lo transita la persona enferma? ¿Es posible la reinserción social? ¿Solo el amor basta para sostener vínculos de pareja?, son algunos de tópicos que la película explora. «El desafío era tratar de encontrar una película que no fuera oscura. Tomamos la decisión de contar una película que atraviesa la salud mental con una patología de una ex mujer que está saliendo de eso, con otros problemas que al mismo tiempo le da pie situaciones de humor. Eso no significa faltarle el respeto a la enfermedad. Tuvimos mucho asesoramiento terapéutico», explicó, satisfecho por el resultado final.
En Gamboa, Adrián encontró la compañera perfecta para encarar con sensibilidad, altura y respeto un personaje tan complejo como divertido. «Sabía que podía llevar a buen puerto a La Loba», destacó. Pero además, se rodeó de un equipo de primer nivel que enriquece la historia, como Rocío Hernández, Pichu Straneo, Elisa Carricajo, Campi, Elvira Onetto y Jorge Suárez.
A diferencia de otros proyectos, en este Suar no encuentra tantas similitudes con su personaje, al que se lo acusa de tener «un corazón lleno de números» y de ser frío, aunque reconoció que de encontrarse en una situación como la de El Turbo, actuaría como él. «Podría invitar a una ex a vivir en mi casa. Siempre hay una habitación de más… Sería una experiencia ¿por qué no?», contó con humor.
Y con el amor como eje central -como en la mayoría de sus trabajos-, rompe con la concepción romántica de la pareja para presentar un proyecto distinto. «Estoy tranquilo, porque he hecho películas que pueden gustar más o menos, parecidas a otras puede ser, con un tono similar. Esta es parecida, pero distinta. Yo la veo así y soy bastante crítico. Esto te va a conmover, te va a hacer reír, trae un tema. Y sé que esta es de las buenas mías», reconoció.
La comedia es su territorio, el lugar en el que se siente seguro y en el que una gran parte del público espera verlo. «Estoy muy satisfecho con el cine que hago. Me gusta, me divierte, me representa», señaló y aseguró que sus trabajos no busca dejar un legado. Y reveló que Guillermo Francella hace tiempo le insiste para que cambie el perfil y se preste para hacer un papel más dramático: «Yo le digo que cuando se de, lo voy a hacer. No lo voy a forzar».
La pandemia representó un golpe duro para la industria audiovisual y lo sufrió en carne propia con la crisis que pasó con Polka, su productora, y aunque en este contexto llegar a las salas de cine es asumir un riesgo, ya que las películas argentinas han perdido convocatoria en los últimos dos años, se muestra esperanzado. «Pensé en llevarla a la plataforma, pero cuando yo la vi terminada en pantalla gigante en el cine y me senté ahí, escuché el sonido y dije, cine en el cine. La escena emocional social, se apaga la luz… a mi eso me sigue convocando», reflexionó.
Si bien eligió lo clásico para su debut, el «Chueco» se muestra abierto a las nuevas formas de consumo. Sin ir más lejos, protagoniza Los protectores en Star+ y produjo María Marta, el crimen del country en HBO Max. «Las plataformas llegaron para sumar, para darle trabajo para muchas productoras, para los que no tiene espacio e la televisión abierta porque no hay dinero. Hay que hacer el mejor trabajo y cuidarlas para que no se vayan, que sigan apostando a las ficciones argentinas», planteó. Y lejos de sumarse a las teorías que aseguran que a la TV convencional le quedan pocos años, sostiene que seguirá en pie pero deberá convivir con el streaming.
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