La Dermatocosmiatra Liliana Fagni comparte algunos de los principales activos y sus efectos.
Tener una piel hidratada y luminosa puede ser posible si se aplican los activos precisos para cada tipo de piel.
Especialistas en el cuidado de la piel recomiendan en términos generales elegir activos hidratantes para el invierno, antioxidantes en pieles envejecidas, secativos para las pieles más grasas y sin alcohol para las más sensibles.
Los imprescindibles
- Ácido hialurónico: aumenta la concentración de agua en el estrato córneo y mejora la función barrera de la piel. Se puede aplicar tanto de día como de noche y combinarlo con cualquier otro activo.
- Vitamina C: estimula la síntesis de colágeno y tiene un efecto despigmentante. Es mejor aplicarlo por la mañana para neutralizar los radicales libres y tiene una buena acción combinado con la vitamina E.
- Coenzima Q10: mejora la elasticidad de la piel. Tiene buena sinergia con la vitamina C y E dado que su función principal es antioxidante.
Para el invierno
- Retinol: su acción exfoliante le devuelve luz a la piel, a su vez que mejora y atenúa arrugas; unifica el tono, mejora la textura de la piel y la función barrera. Es mejor utilizarlo en forma de sérum por la noche.
- Ácido glicólico: acelera la renovación celular y es un gran aliado para mejorar las extracciones y también la permeabilidad de la piel.
- Polihidroxiácidos: tiene una función exfoliante e hidratante. Actúa bien en pieles secas mejorando la retención de agua en el estrato córneo. Mejora manchas y arrugas. Es apto como exfoliante suave en las pieles más sensibles.
Pieles grasas
- Niacinamida: seborregulador, mejora la textura de la piel y el aspecto de los poros. Además, reduce el enrojecimiento y la inflamación. Es despigmentante, protege las células del estrés oxidativo y aumenta la producción de colágeno y elastina.
- Ácido azelaico: es muy eficaz en el tratamiento de las espinillas y la hinchazón, dos de las consecuencias más comunes del acné. Suele extraerse, para el uso cosmético, de cereales como el trigo, el centeno y la cebada, donde se encuentra naturalmente.
- Acido salicílico: es seborregulador y un gran aliado para las pieles grasas. Ejerce un efecto secativo sobre los comedones y reduce el acné notablemente.