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viernes 29 de marzo del 2024

A la campaña se suman pañuelos naranjas ¿Por qué?

A los pañuelos verdes ahora se suman los naranjas. Su objetivo es promover la separación entre la Iglesia y el Estado. Lo lucieron las actrices Verónica Llinás y Catherine Fulop en el programa de Andy Kusnetzoff.

Las mujeres, que vienen manifestándose a favor de la ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE) que se está tratando en el Senado, se mostraron preocupadas por el hecho de que los gobernantes tengan en cuenta la visión eclesiástica a la hora de tomar ciertas decisiones.

“Este es un estado laico, pero no está sucediendo. Los gobernadores ceden a las presiones», sostuvo Llinás en Podemos Hablar. «Siento que es una discusión necesaria, ya que la Iglesia influye mucho en las decisiones de los gobernantes. Antes de tomar una determinación que pueda afectar a la Iglesia, lo piensan bien y hasta ceden», agregó.

Llinás, que llevaba el nuevo pañuelo con la inscripción “Iglesia y Estado, Asuntos Separados”, criticó el «fundamentalismo» de los que ven “una única realidad posible». En este sentido, remarcó que lo considera peligroso: “Asusta el rebrote con el aborto”.

«Las mujeres de la Argentina nos merecemos ampliar este derecho», se sumó Fulop en relación a la legalización del aborto. Además, destacó que apoya el proyecto pensando «en las generaciones futuras de mujeres, para que puedan ser libres».

“Educación sexual para decidir, anticonceptivos para no abortar, aborto legal para no morir”, es el leyenda del pañuelo verde. “Pensamos que el pañuelo fue un símbolo de las Madres de Plaza de Mayo. Y nos inspiró. Hace unos años fuimos a una Conferencia Internacional de la Mujer en Nueva York y decidimos llevar los pañuelos. Desde entonces quedaron definitivamente”, explicó Marta Alanís, una de las referentes de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito y titular de Católicas por el Derecho a Decidir.

La elección del color, dice Alanis, surgió incluso antes que la campaña, en un encuentro de mujeres en 2003, en Rosario. «Llegamos a la conclusión de que el verde era un color no contaminado por los partidos políticos y que tenía fuerza. Lo solían usar los ecologistas, pero no invadían las calles en ese entonces», agregó Alanis.