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martes 30 de abril del 2024

Vacaciones y niños: Cómo volver al ruedo

Adiós a la siesta, a no tener horarios, a comer lo que se quiere y cuando se quiere, a jugar sin límites y disfrutar de la ausencia de obligaciones y responsabilidades. “Bienvenido sea” el estrés, el agobio, los berrinches y las discusiones.

Este es  el escenario que afrontan muchos padres y madres cuando acaban las vacaciones y sus hijos tienen que volver al colegio, ya que es común que a la mayoría de  los niños y adolescentes en edad escolar, se les haga cuesta arriba retomar las clases.

En principio lo más conveniente, es volver a casa con suficiente tiempo, por lo menos dos o tres días de antelación, ya que el regreso el día previo al inicio de clases (con la intención de aprovechar hasta el último día de vacaciones) suele provocar cansancio y mal humor en los niños y  agobio innecesario para toda la familia.

Retornar al hogar contando con un tiempo necesario para reacomodar horarios, rutinas, hábitos,  ayuda a retomar las actividades del año de una  forma menos abrupta y por ende menos chocante. De esta manera es más fácil poder ajustar la agenda semanal, de forma gradual.

Síndrome postvacacional

¿Cómo ayudar a nuestros hijos a prevenirlo y superarlo?

Ante todo, es importante tener en cuenta que hay ciertas cuestiones que pueden preverse, simplemente implementado  algunos hábitos que facilitarán retomar el año lectivo.

Cuando las vacaciones de invierno se terminan, los niños tienen que regresar a su rutina: hay que volver a madrugar, lo que implica también acostarse más temprano. En el caso de los niños más grandes, el fin de las vacaciones implica, además, la vuelta a las tareas, a los deberes en casa y a la cantidad de actividades extraescolares que, en la actualidad, la mayoría de ellos suelen tener: deportes, talleres de arte, clases de idiomas, etc. Es lógico que se requiera de un período de adaptación y ajuste a la etapa que comienza, no solo para los niños sino también para sus padres.

¿Qué conviene hacer, para que  no sea vivido tan displacenteramente?

  • Motivar a tu hijo antes de volver al cole contándole lo mucho que disfrutará compartiendo con sus compañeros las experiencias vividas durante ese tiempo libre, como ser: todo lo que disfrutó de la playa, la montaña, la colonia, probablemente habiendo conocido nuevas amistades, así como aprendido tal vez a jugar o practicar algún deporte o actividad desconocida hasta el momento.
  • Ser comprensivo, respetando y acompañando los tiempos de adaptación que cada niño requiere a los cambios de costumbres, de lugares y de hábitos.
  • Asociar la nueva etapa que atravesará, con valores positivos, insistiendo en las cosas agradables que conllevan volver a la escuela, como por ejemplo reencontrarse con sus compañeros, aprender cosas nuevas, vivir otros desafíos.
  • Participar en su rutina diaria, interesándose por lo que ha hecho en la escuela, preguntándole por sus profesores, sus amigos del cole y colaborando (que no es sinónimo de hacerle) en sus tareas.
  • Organizar una agenda anual en la cual se incluyan actividades placenteras, recreativas y de ocio, de manera que lo gratificante que se viva durante el año no quede solo reducido al período vacacional. Esto implicaría, además no sobresaturar a los niños de tareas y horarios que en la mayoría de los casos terminan generando estrés y un alto nivel de ansiedad.

Es fundamental que los niños puedan aprender a disfrutar también del ciclo lectivo, más allá de las obligaciones, tareas, lecciones y exámenes.

Por eso, es tarea de los papas  chequear si la escuela a la que asisten sus hijos les gusta, si se lleva bien con  los compañeros  con los que comparte el aula, si cuentan con docentes que además de su idoneidad profesional, tienen un costado humano apto para acompañar, contener, sostener, incentivar y motivar a sus alumnos durante el proceso de aprendizaje y crecimiento.