Empieza el año, sumamos reuniones y brindis, estamos de vacaciones y hacemos cosas que no son habituales. La doctora Nadia Elizabeth Rodríguez, médica del Hospital Central de San Isidro explica cuáles son los casos más habituales.
La prevención ante todo
- Problemas estomacales
Limitar el consumo de alimentos y alcohol puede ayudar a evitar algunos problemas relacionados con el estómago, pero no es algo que suela suceder en estos días.
Los hospitales normalmente ven dos tipos de afectados durante las vacaciones: las personas que comen o toman en exceso y que buscan tratamiento de emergencia por molestias estomacales, y aquellos que se intoxican por un plato que no se preparó utilizando las precauciones adecuadas de seguridad alimentaria.
- Demasiada sal
Los pacientes cardíacos y de diálisis, en particular, son muy sensibles a este condimento. Al comer en exceso, sus cuerpos no pueden procesar la sal adicional y retienen líquidos.
- Medicamentos olvidados
Es habitual que las personas se olviden de llevar los remedios cuando se van de vacaciones o no llevan la cantidad necesaria.
Por ejemplo, puede ser desastroso para una persona con diabetes o presión arterial alta, e incluso pueden terminar en el hospital con hiperglucemia o dificultad para respirar.
- Cortes profundos
Los accidentes con cuchillos son más comunes durante las fiestas y las vacaciones, porque se usan cubiertos que no son los diarios o no son los nuestros. Es fácil perder el control de un cuchillo desconocido y cortarse un dedo o una mano.
- Caídas
En las guardias se atienden muchos pacientes adultos que se caen en las vacaciones. El mayor problema es que no llevan los calzados adecuados para el lugar donde van a estar.
«Uno está acostumbrado a la ciudad y conoce las veredas donde camina, pero otra cosa es irte a un lugar, por ejemplo, con ripio, ahí es probable que se puedan resbalar. Otro tema son las alpargatas, algunas son resbaladizas y generan caídas”, explica Rodríguez.
El paciente más común es la persona mayor que no está acostumbrada a estar de pie o caminar mucho. Con el tiempo, en reuniones festivas, se fatigan y es más probable que pierdan el equilibrio y se caigan.
- Peleas
Las grandes reuniones pueden unir a personas que no siempre se llevan bien. Agregar alcohol y clima caluroso a la mezcla y pueden ocurrir conflictos que llegan a la agresión física.
- Turnos perdidos o reprogramados
Suele ocurrir que las citas programadas se terminen cancelando por alguna escapada de fin de semana, esa reprogramación puede terminar por perjudicar al paciente, provocando una visita de emergencia a la guardia.
- Síndrome del «corazón de vacaciones»
Beber en exceso puede hacer que una persona sana desarrolle ritmos cardíacos anormales. Demasiado alcohol puede crear impulsos eléctricos que conducen a la fibrilación auricular (frecuencia cardíaca irregular) u otras arritmias. La afección suele ser temporal, pero puede enviar a alguien al hospital.
- Depresión
Se vincula al verano, al calor y, sobre todo, a la sensación de vacaciones y días de fiesta. Crece el sentido de aislamiento, la sensación de falta de afecto, de abandono y el sentimiento de soledad.
Otros motivos
El uso excesivo de aire acondicionado y la exposición al sol también causan visitas a las guardias por resfríos, neumonías e infecciones en la garganta.
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