De acuerdo con el Consejo Argentino sobre Seguridad de Alimentos y Nutrición las dietas extremas se caracterizan porque provocan una rápida pérdida de peso, dado que la mayoría se basan en una importante restricción calórica, producen efecto rebote, aumento de los niveles de cortisol, hambre, irritabilidad, etc.
Además, la mayoría no tienen en cuenta ni se adecuan a las particularidades de cada persona: género, edad, necesidades nutricionales, nivel de actividad física, estado de salud-enfermedad, gustos, hábitos, costumbres, etc.
¿Cómo reconocer que una dieta es extrema?
Para reconocer si una dieta es extrema debemos observar si tiene una o más de estas características:
- Promete un descenso de peso rápido.
- Elimina uno o más grupos de alimentos.
- No alerta sobre sus contras o riesgos.
- Tiene un principio y un fin.
- Es universal, es decir no se adecua a las particularidades de cada persona.
- Suena demasiado buena para ser verdad.
- No se basa en evidencia científica.
Dietas de moda
Ayuno intermitente: consiste en realizar ayuno, con poca o sin ingesta de calorías, durante un período de 16 horas, seguido de un período de alimentación de 8 horas, conocido como 16:8.
Existen otros tipos de ayuno intermitente, por ejemplo: uno que permite 5 días de alimentación y 2 días de ayuno (consecutivos o no), conocido como 5:2; y otro en el que se alterna un día sí y un día no. Durante el período de ayuno ocurren algunos cambios metabólicos: disminuyen los niveles de glucosa en sangre, disminuyen las reservas de glucógeno, se movilizan ácidos grasos y disminuye la leptina (hormona que inhibe la ingesta de alimentos).
Algunos estudios aseguran que estos cambios metabólicos producen efectos beneficiosos para la salud; sin embargo, se necesita más evidencia científica que lo confirme.
Cetogénica: se caracteriza por ser alta en grasas (60 – 90% de la ingesta calórica total) y baja en hidratos de carbono. La dieta cetogénica clásica aporta cuatro partes de grasas por cada parte de hidratos de carbono (4:1).
Esta dieta se utiliza como un tratamiento no farmacológico efectivo para niños y adultos con epilepsia refractaria al tratamiento clásico con fármacos antiepilépticos. Además, Puede provocar efectos secundarios como hipoglucemia, trastornos gastrointestinales (diarrea, estreñimiento), aumento de colesterol, fatiga, mal aliento, náuseas y vómitos.
Disociada: se basa en la premisa de que se puede comer de todo y en la cantidad que se quiera, pero evitando mezclar alimentos que tienen un alto contenido de hidratos de carbono con alimentos que tienen un alto contenido de proteínas. En esta dieta se prohíbe el consumo de azúcar, bebidas alcohólicas y alimentos fritos.
Es inadecuada (no tiene en cuenta ni se adecua a las particularidades de cada persona).
Paleo: Los alimentos que se incluyen en esta dieta son verduras, frutas, carnes rojas magras, aves de corral, pescados, huevos, frutos secos y semillas.
Se restringe el consumo de cereales, legumbres y lácteos. Algunos estudios señalan que esta dieta tiene efectos positivos (como reducción del riesgo de enfermedades cardiovasculares, diabetes tipo 2, síndrome metabólico y cáncer), otros muestran que tiene efectos negativos y otros no muestran ningún efecto.
Puede provocar efectos secundarios como debilidad, diarrea y dolor de cabeza.
Alcalina: se basa en consumir alimentos alcalinos (de origen vegetal como verduras, frutas, cereales integrales, legumbres, semillas, frutos secos y aceites) y limitar o evitar alimentos ácidos (de origen animal como carnes, lácteos y huevos) con el fin de que la sangre y la orina sean más alcalinas (es decir, que tengan un pH cercano a 7) y de esta forma prevenir o curar enfermedades como el cáncer. Es incompleta y restrictiva.
Desintoxicante: esta dieta consiste en ingerir jugos de frutas y/o verduras en reemplazo de las comidas y se caracteriza por una ingesta extremadamente baja de calorías durante un período de tiempo que puede ir de 2 a 21 días. Además, puede incluir el uso de laxantes o enemas.
Aumenta los niveles de cortisol. Puede provocar efecto rebote. Puede provocar efectos secundarios como fatiga, dolor de cabeza, náuseas, insomnio, ansiedad y temblores.
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