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martes 30 de abril del 2024

30/10/83 En Santa Fe, la democracia volvió en estado puro

por Pablo Andrés Cribioli

El 30 de octubre fue un día glorioso para el país. Dejábamos atrás los 7 años más crueles y salvajes de la historia argentina; se ponía en marcha una esperanza.
Las urnas se abrían nuevamente para que los argentinos eligieran libremente y fue el turno de un demócrata que hoy el país recuerda con respeto y cierta nostalgia, a falta de transparencia y ejemplaridad.
Alfonsín fue el hombre para ese momento. El pueblo no se equivocó.
Tampoco se equivocó en Santa Fe porque José María Vernet en la Provincia y Usandizaga en Rosario se hicieron cargo de la pesada, esta sí que fue pesada, herencia.
No había un peso, la información sobre el estado de las administraciones era escasa y los cajones de los escritorios estaban vacíos.
Todo era viejo y todo era nuevo.
La tarea fue ciclópea y muchos hombres y mujeres se sumaron a la titánica misión de reconstruir las escuálidas instituciones que nos había dejado la dictadura.
Así se puso en marcha la nueva democracia recién parida, en un país raquítico.
El tiempo el mejor aliado para el análisis y la reflexión demostró que con defectos y virtudes Alfonsín, Vernet y Usandizaga estuvieron a la altura de las circunstancias.
Soportaron estrecheces, intentos de golpes de los llamados cara pintadas, reclamos desmedidos y tuvieron que lidiar con el egoísmo de aquellos que sólo creen que el «mercado» tiene derechos.
Cuando tuvieron que estar juntos, codo a codo, lo hicieron.
Alfonsín a pesar de las rispideces del comienzo terminó invitando a Usandizaga para sus cumpleaños.
El Tati siempre fue un gobernador distinguido por el presidente.
Hoy a 35 años de aquel día maravilloso en que los argentinos volvimos a votar , y cuando el país atraviesa una etapa delicada económica y socialmente es importante que nos detengamos un momento para este sintético balance.
No habrá salida sin acción política, discursos claros, valientes, y valores que nos identifiquen a través de comunes denominadores.
Si no entendemos que el diálogo es fundamental, no podremos avanzar.
Cuando no hay diálogo hay violencia; en 1983 existió, aún teniendo en cuenta las miserias de aquellos que intentaron evitar, pero no pudieron, que un presidente constitucional le entregara el poder a otro presidente elegido por el pueblo.