Crecí escuchando la expresión “caja boba” para referirse a la televisión, y si se trataba del género de las novelas los adjetivos eran aun peores. Pero eso está cambiando, exigidos tal vez por entramados sociales cambiantes y por la necesidad de competir con las nuevas tecnologías a la hora de componer un menú para la toma de decisiones por parte del espectador.
Lo cierto es que podemos sentirnos orgullosos y afirmar sin temores que en nuestras pantallas se proyecta una novela comprometida con la educación (sexual), que a través de su trama aborda temáticas candentes ofreciendo al televidente conceptos cruciales para conocer y entender las diversidades sexuales.
Aunque no sigan la novela (yo no lo hago), pueden acceder al capítulo en cuestión donde se desarrolla una escena en la cual Juani (Maite Lanata) acude junto a su madre (Nancy Dupláa) a la consulta con una psicóloga (encarnada estupendamente por Sandra Mihanovich). Durante esa entrevista, la psicóloga explica en pocas y sencillas palabras algunas nociones elementales que es preciso conocer para no confundir.
Repasemos los conceptos de las diversidades sexuales:
Sexo biológico: variable que se basa en la anatomía de los genitales externos, a partir de la cual se realiza la asignación de sexo al nacer, y está dicotomizada de forma binaria (varón o mujer).
Identidad de género: la vivencia subjetiva de sentirse varón, mujer, o incluso de no sentirse identificado con el género masculino o femenino (queer). Es una autopercepción que puede coincidir o no con el sexo biológico.
CISGÉNERO: Persona en la que existe una congruencia entre la Identidad de Género autopercibida y el sexo biológico. (Por ejemplo: Haber nacido con genitales femeninos y sentirse mujer)
TRANSGÉNERO: Persona en la que no hay congruencia entre la Identidad de Género autopercibida y el sexo biológico. (Por ejemplo: Haber nacido con genitales femeninos e identificarse con el género masculino)
Orientación Sexual: se describe en función del género de las personas por las cuales nos sentimos atraídos sexo afectivamente.
- Heterosexualidad: sentir atracción sexual o amorosa por personas del género opuesto a la propia identidad de género. (Un varón transgénero, que se siente atraído por mujeres, es heterosexual)
- Homosexualidad: sentir atracción sexual o amorosa por personas del mismo género autopercibido. (Un varón transgénero, que se siente atraído por varones, es homosexual).
- Bisexualidad: sentir atracción sexual o amorosa tanto por el género femenino como masculino.
- Pansexualidad: sentirse atraído sexual o amorosamente por otra persona más allá de su género, y más allá de que se trate de personas cis o trans género.
- Asexualidad: personas que refieren no sentir atracción de ninguna clase por otras personas y que no registran interés por la actividad sexual (término complejo y debatible, en otra oportunidad)
Identidad de género y orientación sexual suelen confundirse, como se expresa en la escena de la novela.
Lo más importante es que a partir de una emisión recreativa, muchas personas seguramente podrán sentirse identificadas con lo que le pasa a Juani, y a partir de la trama entender que no son las únicas personas que tienen esa vivencia, que no es una patología, e incluso apropiarse de algunas nociones para entender lo que les pasa.
Las identificaciones surgirán seguramente también en relación al personaje de la madre de Juani, ya que es probable que no sea fácil para una madre o padre aceptar, poder y saber acompañar en el desarrollo y la libre expresión de la identidad de género de sus adolescentes trasngénero.
La novela refuerza también la información sobre la Ley 26.743[i] de Identidad de Género promulgada en nuestro país en 2012, que garantiza el derecho al reconocimiento de la Identidad de Género.
Otro punto de interés es la recomendación que hace el personaje de la terapeuta respecto a la importancia de consultar con un profesional idóneo. En ese sentido hay cuestiones que aclarar, ella se presenta como psicóloga especializada en cuestiones de género. En verdad no se trata de que exista una especialidad de la Psicología denominada así, pero es cierto que no todos los profesionales psicólogos están capacitados para asesorar, contener, acompañar o intervenir terapéuticamente en este tipo de situaciones.
Es preciso informarse antes de consultar, para asegurarse de que el profesional trabaje en el marco de las diversidades sexuales, sin patologizar. Lamentablemente, existen corrientes psicológicas que por sus fundamentos teóricos, no conciben las diversidades sexuales relacionadas a la identidad o a la orientación, sino desde la patologización.
Los psicólogos con formación en Género o en Sexología, suelen ser los indicados para estas circunstancias.
Identificar, asumir, ¿y después qué?
En la ficción la psicóloga comenta: “Es un proceso largo, no hay una sola manera, va a ser lo que Juani elija, hasta donde Juani elija”. En esa expresión se condensan principios fundamentales que garantizan los Derechos Sexuales y particularmente la libre expresión de la propia sexualidad.
Suele circular la creencia de que la persona trans debe operarse, es decir, realizar una cirugía de readecuación de sexo al género autopercibido, bajo el imperativo de adoctrinar los cuerpos para que cuadren con la lógica binaria que parece decir “o sos varón o sos mujer, definite y acomodá tu cuerpo a eso” cuando en realidad no es imprescindible la adecuación anatómica para la vivencia del género. Cada ser humano es único e irrepetible, y en su singularidad puede expresar su vivencia de género a su manera.
Los procesos de hormonización o las intervenciones quirúrgicas para readecuar caracteres sexuales primarios y/o secundarios, existen y están garantizados por ley, pero son un derecho, no una obligación.
Sigamos así construyendo juntos las bases para una sociedad diversa, respetuosa y libre.
[i]http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/195000-199999/197860/norma.htm

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