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martes 16 de abril del 2024

Vestirse en Rosario es cada vez más difícil por el incumplimiento a la ley de Talles

Por Ignacio Pellizzón

“Todos somos iguales ante la ley”, dice el artículo 7 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, aunque para muchos no se cumple a la hora de ir a comprar ropa. Lo que para algunos significa una salida agradable, y hasta psicológica, el hecho de ir a buscar alguna prenda, escogerla, probarla y llevarla, para muchos se trata de una tarea insufrible.

Gran parte de la sociedad padece la falta de talles en indumentarias, por distintos motivos que no se justifican teniendo en cuenta que en la provincia de Santa Fe se encuentra vigente desde 2007 la Ley de Talles 12.841, a la cual la ciudad se adhirió en 2011 a través de “Rosario viste a todos” lanzado por el ex concejal Gonzalo del Cerro, inclusive se encuentra su equivalente a nivel nacional.

Sin embargo, “hecha la ley, hecha la trampa”. En innumerable cantidad de negocios no están disponibles los distintos tamaños de ropa que cualquier persona pueda necesitar. “Solamente están los talles ‘normales’ para gente ‘normal’ (S, M y L) como le comentó a este cronista una vendedora de un comercio en plena peatonal Córdoba.

El 40% de las personas padece el incordio de no encontrar talles apropiados en los diversos negocios comerciales de indumentaria según la última encuesta realizada por la Universidad Abierta Interamericana (UAI), mientras que según revela la ONG Volver a Empezar un 60% de la población padece entre obesidad y sobrepeso. Es decir, cada vez son más los consumidores que ven vulnerados sus derechos, sus principios tuitivos, basados en la protección a la salud e integridad, en la libertad de elección, en condiciones de trato digno, equitativo e información adecuada y veraz.

HECHA LA LEY…

Si bien los datos brindados por la ONG Volver a Empezar, arrojan una estadística preocupante en cuanto a la falta de salud alimentaria de los rosarinos alcanzando un total del 60% (30% de obesidad y 30% de sobrepeso), lo cual denota un flagelo creciente y alarmante en la sociedad, no implica que haya personas que por genética deban utilizar talles más pequeños o más grandes. Las leyes no se crean para tapar enfermedades, sino para regular, controlar y sancionar, aunque en este caso “no hay peor ciego que el que no quiere ver”.

En diálogo con Rosario Nuestro, el director de Volver a Empezar, Osvaldo Aronna, señaló que “en una semana concurren 900 personas con distintos problemas alimenticios”, es decir que en un mes más de 3.600 personas acuden para tratar su enfermedad “y por supuesto que notamos que muchos tienen problemas en el momento de comprar ropa porque no hay talles para ellos”.

Desde la ONG, que no recibe ningún tipo de subsidio estatal y únicamente se sostiene con alguna colaboración de los asistentes, afirman que “la Ley de Talles es una burla, porque nunca se cumplió. Está parada. No hay control al respecto. Nosotros lo vemos con las personas que se acercan a las distintas escuelas donde damos un plan alimentario saludable”, expresó Aronna.

Claro está que el problema existe y el incumplimiento a la ley también, aunque los ciudadanos no se toman el trabajo de realizar las denuncias en la Oficina del Consumidor (Córdoba 852). “Nosotros la verdad que no recepcionamos muchas denuncias al respecto. Lamentablemente no contamos con inspectores para que realicen recorridas ni tampoco poseemos la facultad de sancionar, sino que derivamos, en algunos casos, a la secretaría de Comercio Exterior o, en su defecto, a la Municipalidad. No obstante, son muy pocas las personas que se acercan con un problema de talles concreto”, afirmaron a Rosario Nuestro desde la dependencia.

TALLES QUE ENFERMAN

En conjunto con la ONG Volver a Empezar, la UAI, a través de la coordinadora de asuntos estudiantiles y extensión, Graciela Esprez, trabajan en un proyecto que pretenden presentar en el Concejo para implementar lo que denominan: “Historia de Vida”, en el que se plantea generar una especie de historia clínica sobre la cantidad de personas que sufren enfermedades alimenticias, entendiendo y asumiendo a la misma como un problema crónico.

En contacto con Rosario Nuestro, Esprez apuntó que “basta con hacer un recorrido por la oferta de indumentaria en los comercios para darse cuenta que la disponibilidad de talles son muy pocos, con el agravante de que lo que antes era un talle 44, hoy es un 40 y hasta un 38, es decir que son de tamaño infantil para adolescentes y adultos inclusive”.

“Por lo tanto, la gente termina vistiéndose donde encuentra posibilidades y no donde quiere. Notamos que solo se encuentran talles en tiendas al por mayor o donde indican ‘talles especiales’, con ofertas muy pobres en cuanto diseño. No hay variedad, sino talles estándar, por lo que las personas deben conformarse con lo que encuentran. La ropa de moda no se fabrica en múltiples talles”, aclaró Esprez, y agregó: “El modelo hegemónico de lo que debe ser hoy el cuerpo humano, es un modelo dañino y nocivo, ya que el mismo está más cercano a lo que es la anorexia o bulimia consumada”.