viernes 17 de mayo del 2024

Vecinos de Pichincha, hartos de la contaminación sonora: «Nadie piensa en nosotros que se nos deterioró la calidad de vida»

Recurrieron a la Defensoría del Pueblo por las islas gastronómicas que ocupan espacios públicos en calles y veredas y generan ruidos muy molestos.

Los vecinos del Barrio Pichincha de Rosario presentaron una nueva denuncia, en esta oportunidad la Defensoría del Pueblo para quitar los corralitos que se impusieron en pandemia en los lugares gastronómicos que ocupan vía pública y veredas, y también pusieron de manifiesto el hartazgo por la contaminación sonora con ruidos molestos que perturban en horario nocturno para descansar.

«Algunos rosarinos son un poco egoístas porque no se ponen en la piel del vecino que vive las 24 horas allí. Los chicos tienen que ir a la escuela y hay que salir a trabajar. Todo el mundo elogia de cómo está la zona, bien iluminada y con el movimiento nocturno que tiene pero nadie piensa en nosotros», arrancó Willy, uno de los vecinos del barrio en diálogo con el programa Con Sentido Común por CNN Rosario. 

Y continuó: «No se puede poner tanta cantidad de bares y boliches en dos o tres cuadras es una locura. Desde la Municipalidad, que no nos dan respuestas, deben pensar en una zona más alejada para la diversión de los jóvenes».

A la hora de ser consultado por los motivos que impulsan a los vecinos a realizar reiteradas denuncias, el hombre advirtió: «La molestia viene desde todos los ruidos habidos y por haber; desde la mañana temprano cuando descargan las mercaderías los proveedores hasta altas horas de la noche cuando los empleados recogen y ordenan todas las sillas y mesas de las veredas».

El vecino también aclaró que se reunieron con autoridades y no recibieron respuestas en los últimos ocho años: «Tuvimos una reunión con el intendente Pablo Javkin antes que asuma en el cargo hace algunos años y dijo que era un desastre y desmadre. Nos dijo que lo iba a solucionar en muy poco tiempo porque quería el Rosario del respeto y la convivencia y solamente quedó en plenas palabras».

«Tuvimos que hacer un juicio donde la justicia determinó en dos instancias que se deterioró la calidad de vida del vecino de Pichincha en Rosario», concluyó.