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viernes 26 de abril del 2024

Una vecina tiró una bomba de mortero a la boca de tormenta

El estupor de los vecinos de barrio San Martín no fue posible de explicar en la llamada que ingresó al 911 el martes a la noche. Del otro lado de la linea el denunciante pidió ayuda urgente a los uniformados: en una ochava, al lado del cordón, acababa de encontrar una bomba.

Una hora antes de la medianoche un escuadrón de la Brigada de Explosivos perimetró la esquina de Juan Manuel de Rosas y Pasaje Beethoven. Junto a la boca calle, recostado sobre la basura que se acumula sobre la reja de la boca de tormenta, había una bomba de mortero que, a la distancia, parecía estar en perfecto estado.

Los especialistas decidieron peritar el explosivo, para decidir cómo abordarlo. Si se comprobaba que estaba apto para detonar, debían activar el objeto en forma controlada; un procedimiento muy riesgoso.

Pero, contra todos los pronósticos, los empleados de la Brigada se dieron cuenta que la bomba estaba en estado inerte. No había posibilidades de que se detone.

Fue en ese momento que ocurrió el último y más insólito capítulo de esta historia. Cuando los uniformados comenzaron a desarmar el procedimiento, para volver al cuartel de la Brigada, se presentó ante ellos Andrea R., una vecina de la zona. Ella les dijo que la bomba era un adorno que su hijo tenía en su habitación y ella había tirado a la basura días antes.