El pasado lunes arribaron a la ciudad 40 efectivos de la fuerza federal para reforzar operativos de seguridad en distintos barrios de Rosario. El principal objetivo es desbaratar bandas de narcotráfico y evitar nuevos hechos de violencia, sin embargo otro conflicto se asoma en la región: la toma de tierras.
Hace unas semanas más de 200 familias se instalaron sobre un terreno desocupado en la zona oeste de la ciudad, cerca del estadio mundialista de hockey.
El abogado del dueño del terreno, Julio Rodrigo, respondió ante la situación: «Creemos que la toma de este terreno está organizada, porque en pocos días, a partir del 20 de setiembre pasado empezaron a llegar familias con materiales de construcción», afirmó.
El viernes pasado se amplió una denuncia en la Fiscalía de Rosario, que ya se había iniciado quince días atrás, exigiendo al Ministerio Público de la Acusación el desalojo inmediato.
Pobreza y extrema fragilidad social
Las familias que se encuentran en el predio, luchan por conseguir un derecho básico y fundamental: la vivienda y temen ser desalojadas. Las mujeres, quienes realizan ollas populares para alimentar a las familias, relatan que antes de asentarse en la zona, buscaron anotarse en planes de vivienda, pidieron ayuda a los gobiernos y la ausencia de los distintos poderes estatales las dejó sin otra solución. Siguen buscando trabajos para sostenerse económicamente, pero las respuestas no llegan.
Los últimos datos de pobreza difundidos por el Instituto de Estadísticas y Censos (INDEC) Rosario es uno de los cinco aglomerados con mayor pobreza del país, al alcanzar el 41,8 por ciento, una situación que afecta a 551.802 personas que no alcanzan a cubrir la canasta mínima de bienes y servicios.
A esto se suma el aumento de la indigencia, que alcanzó en el Gran Rosario el 13,3 por ciento en el primer trimestre del año y afecta a son 176.166 personas que no pueden comprar los alimentos básicos con sus ingresos.
Un problema habitacional nacional
El miércoles pasado, mientras las familias se asentaban en Rosario, en la ciudad de Santa Fe realizaron un desalojo en un predio de Vialidad Nacional, en la zona norte de la capital provincial, que había sido ocupado por otras 100 personas desde febrero pasado. En la provincia los focos grandes de tomas al momento fueron estos dos. El hecho parece preocupante si se replica como sucedió en Buenos Aires.
El pasado 23 de agosto iniciaron las usurpaciones de terrenos en Victoria, partido de San Fernando, cuando decenas de familias se instalaron en un predio de los talleres del ferrocarril Mitre. Luego sucedió en de tierras en Guernica, en el partido de La Matanza y en la localidad Los Hornos, de La Plata.
El fenómeno de las usurpaciones de tierras no es nuevo en esta región. El año pasado el municipio de Rosario intervino en 34 tomas de terrenos, que se lograron neutralizar. Según datos que en su momento difundió la Secretaría de Control y Convivencia Ciudadana, en 2019 se produjeron 238 situaciones de apropiación indebida del espacio público. En 2018 el número había sido mayor. Se efectuaron 667 intervenciones del municipio relacionadas a terrenos usurpados, ocupación indebida de veredas, y parques y plazas tomadas.
