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martes 16 de abril del 2024

«Todo payadoctor cree que la risa cura»

“Ser payadoctor es un estilo de vida”, define Melisa Agüero, en diálogo exclusivo con Rosario Nuestro. Y agrega: “Es hacer algo que es puro compromiso sin recibir nada económico a cambio; pero sí recibir, que es mucho mejor, toda la gratitud de parte de los pacientes y de los familiares”.

Rosario es la tercera ciudad más grande del país y reúne un sinfín de historias. Muchas tienen cosas lindas para contar y esta es una de ellas. Melisa Agüero trabaja como voluntaria en la organización Payadoctores de Rosario que todas las semanas alegran la vida de pacientes enfermos con la esperanza de, que en caso de que se pueda, curar. Porque la entrevistada afirma que sí, que la risa cura.

Payadoctores Rosario se formó hace 10 años. Es una organización que trabaja en los hospitales Clemente Álvarez, Vilela, Centenario y en el geriátrico Tercera Edad y que cuenta con más de 100 payasos de hospital. “Me deja mucha satisfacción que todas las semanas el paciente te esté esperando”, afirma Agüero con una sonrisa en el rostro. “Nosotros estamos ahí para contenerlos, y que nos estén esperando y que nos tengan en cuenta, la verdad es una satisfacción enorme”, enfatizó.

Melisa Agüero no sólo es payaso de hospital, sino también es integrante de parte del staff que recluta y forma a nuevo payadoctores. Todos los años, en sus redes sociales, abren la inscripción para que nuevos rosarinos se sumen a la causa. El curso dura nueve meses y para poder hacerlo sólo hace falta ser mayor de edad y tener el secundario completo.

Los Payadoctores de Rosario trabajan en paralelo con el equipo médico y con los familiares de pacientes, personas enfermas de cualquier edad, para “ayudarlos transitar ese momento malo que están pasando, desdramatizarlo y si se puede también a superar esa situación”.

‘Lo más curativo es el amor, el humor y la creatividad’, cree el famoso médico norteamericano Patch Adams. Es una filosofía que Melisa Agüero adopta y respeta a ‘rajatabla’. Y que cumple desde hace tres años, cuando empezó a trabajar en la organización; y que realiza cada semana, cuando visita el Hospital de Emergencias Clemente Álvarez.

– Presentate, contanos lo que hacés…

– Soy Melisa Agüero y soy payaso de hospital voluntario. Pertenezco a Payadoctores Rosario y voy todos los viernes al Hospital de Emergencias Clemente Álvarez.

– ¿Hace cuánto arrancaste con esta profesión?
– Yo arranque hace tres años pero hace diez que la organización está en la ciudad, trabajamos en el HECA, en el Vilela, en el Centenario y en el geriátrico Tercera Edad. Lo que hacemos es ir una vez por semana a cada uno de esos lugares para trabajar con el equipo médico y obviamente con los pacientes y familiares de las personas que están allí, justamente para ayudarlos transitar ese momento malo que están pasando, desdramatizarlo y, si se puede, también a superar esa situación.

– ¿Qué ONG’s colaboran con ustedes?
– Nosotros trabajamos mucho con Rosario Solidaria y con todas las organizaciones que cumplen un rol social, como las de donación de órganos, donación de sangre, médula ósea, etcétera. Con ellos trabajamos en los eventos externos. En los hospitales trabajamos nosotros solos.

– ¿Sos de la que cree que los payamédicos y la risa curan?
– Sí, definitivamente sí. Todo payadoctor cree que la risa cura. De hecho es la idea Patch Adams y la defendemos y respetamos bastante, a rajatabla. Por eso hace 10 años formamos Payadoctores, para que pueda haber un payasos de hospital. Ojalá en algún momento sea en todos los hospitales, pero por ahora hay en cuatro.

– En lo personal, ¿qué sensaciones te deja esta labor que desarrollás?
– Me deja mucha satisfacción que todas las semanas el paciente te esté esperando, que ya sepa tu nombre, el nombre de tu personaje, de tu paya, de tu apellido. Que vos le dejes tarea y a la semana siguiente la haya hecho, o que comparta con vos cosas que quizás no comparte con el cuerpo médico o los enfermeros, porque quizás esa relación es un poco más fría. Nosotros estamos ahí para contenerlos y entonces, que nos estén esperando y que nos tengan en cuenta, la verdad es una satisfacción enorme.

– ¿En Rosario cuántos payadoctores hay? Y en comparación al resto del país, ¿cómo se encuentra la ciudad?
– Por suerte somos un montón. En Payadoctores somos más de 100, unos 130 aproximadamente. En Rosario, además de nosotros, existen otras organizaciones de payasos de hospital. Somos la más grande de la ciudad pero en las otras provincias tenés otras agrupaciones que la labor es similar a la nuestra. En las grandes ciudades hay payasos de hospital, de eso no hay dudas, pero bueno esperamos que seamos la ciudad que más payasos tenemos (risas).

– Si una persona quiere ser payadoctor, ¿cómo puede hacer?
– Tenemos un curso de formación que dura nueve meses. El año que viene lo vamos a abrir, más o menos en el mes de febrero publicamos en nuestro Facebook y en nuestra web toda la información. Lo que tienen que hacer es llevar una carta de presentación donde tiene que explicar por qué quiere ser un payadoctor, inscribirse. La persona tiene que ser mayor de 18 años y tener el secundario completo. No hace falta que el postulante sea médico, que es por ahí una duda que tiene la mayoría de las personas. Nosotros hacemos un proceso de selección, con entrevistas, con la lectura de cartas y demás, y después hacemos ingresar a una cantidad limitada de personas por una cuestión de que sino no se aprecian tanto las cosas en el taller práctico. Después de la práctica de nueve meses se hace una parte teórica donde trabajamos lo que son las cosas de bioseguridad en los hospitales y también todo lo que son herramientas psicológicas, y después tenemos una pasantía en los sectores en donde intervenimos.

– ¿Entonces requiere una preparación psicológica para este tipo de trabajo?
– No, a eso lo preparamos durante los nueve meses. Todo lo que sea herramientas de clown (payaso) o herramientas psicológicas, todo lo que sea seguridad e higiene en los hospitales. Nosotros enseñamos y re-aprendemos también a medida que se lo enseñamos a los chicos que van a ingresar.

– Si tuvieses que definir qué es ser payadoctor, ¿cómo lo harías?
– Ser payadoctor para mí es un estilo de vida. Si bien mi payadoctora va una vez por semana a visitar a los pacientes, en mi caso en el HECA, uno generalmente lleva ese estilo de vida durante todos los días, porque tiene que ser algo que te mueva, que te conmueva y que te comprometa a hacer algo que es puro compromiso sin recibir nada económico a cambio. Pero sí recibís, que es mucho mejor, toda la gratitud de parte de los pacientes y de los familiares.

– Si quisieras invitar a la gente a que vea lo que hacen, ¿cómo puede hacer la gente?
– Tenemos redes sociales, tenemos Facebook y Twitter o en la página web. También en Youtube hay varios videos subidos. Y sino, ojalá que no (risas), pero si están de paso por el Vilela, el HECA, el Centenario o el geriátrico Tercera Edad estamos ahí. Y también invitamos a que se sumen a todas las colectas de donación de sangre y de médula ósea que generalmente participamos.