El miedo invade las calles de las principales ciudades turísticas de Europa. Los ataques terroristas en Francia y los que perpetró una célula terrorista del ISIS la semana pasada con una furgoneta en Barcelona, generan pánico y obligan a las máximas autoridades de los países europeos a extremar las medidas de seguridad. Pese a eso, los métodos de ataque de los yihadistas son cada vez más rudimentarios y caseros, lo que dificulta su detección.
Hoy, Londres volvió a sentir el miedo en sus calles. Un hombre atacó con un arma blanca (investigan si se trató de una espada o un cuchillo) a dos policías a apenas metros del Palacio Buckingham. Según testigos del lugar, el agresor fue detenido tras herir de gravedad a los dos efectivos que custodiaban la zona, enfrente de todos. Por el modus operandi, creen que se trataría de un nuevo ataque yihadista aunque aún tal información no fue confirmada.
La Policía Metropolitana de Londres, más conocida como Scotland Yard, confirmó que el ataque fue realizado por una sola persona la cual portaba un arma blanca. A su vez, aseguraron que la reina Isabel II no se encontraba en el Palacio ya que está vacacionando en Escocia.
El último ataque
Londres tiene un recuerdo cercano a lo que sucedió la semana pasada en La Rambla de Cataluña, en Barcelona: el 3 de junio de 2017 se produjo un atentado en el puente de Londres, donde un grupo de tres terroristas condujo una camioneta blanca por la acera, atropellando a varios peatones. Al bajar del vehículo, apuñalaron a turistas que visitaban el mercado de Borough, una reconocida zona de restaurantes. Este aberrante suceso dejó un saldo de 11 muertos y 48 heridos. Horas después, ISIS se adjudicó el atentado, como también lo hizo con los ataques en Barcelona.
