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martes 23 de abril del 2024

Teatro para bebés: estímulos, juegos y aprendizaje en escena

Sonidos, colores, luces, canciones y una historia para contar. Esos son los elementos escénicos que reúne Ito, la apuesta teatral para bebés del grupo rosarino Vamos que nos vamos que estrenará este sábado 14 de abril su segunda temporada a las 17 horas en el teatro La Manzana, de calle San Juan 1950. Antes de la apertura del telón, la directora Carla Rodríguez habló con Rosario Nuestro y contó los pormenores de un arte para el más desafiante de los públicos.

El espectáculo gira en torno a un relato infantil clásico de un gusano que se convierte en mariposa. En Ito, los espectadores deben disponerse en semicírculo para escuchar a las actrices que no tienen micrófonos. Todos los recursos son de estimulación; no hay nada improvisado. El equipo conoce cuándo y cómo apelar a cada herramienta para capturar el interés del auditorio. En pos de lograr el abordaje justo, Carla Rodríguez experimentó con su primer hijo, Teo y estableció los tiempos exactos de duración de las escenas de acuerdo a su atención.

«La empecé a escribir cuando estaba embarazada. Teo fue una especie de termómetro porque desde que nació estuvo presente en todos los ensayos. Nos íbamos guiando por su reacción: si estaba atento, si se dispersaba, en qué momento lo hacía», explica sobre la génesis del proyecto que emprendió junto a sus compañeras, María Soledad Galván y Laura Carassai. Las tres sabían que la experiencia había sido probada en otras partes del mundo, especialmente en Canadá y España, a través de distintos elementos sensoriales.

Más adelante, la directora profundiza sobre la apuesta: «Hay música en vivo compuesta por Esteban Sesso y sonidos ambientales pero también hay lugar para el silencio». El silencio tiene un valor fundamental en el desarrollo de cada función. Rodríguez expresa que los bebés tienen capacidad para comprender una historia aún antes de hablar. Por eso, gracias a la disposición de los recursos pueden seguir el curso del relato sin problemas.

«En la primera media hora los niños y los adultos son espectadores. En la otra mitad, le damos rienda suelta a descalzarse, caminar, acostarse… a todas las propuestas lúdicas», cierra y deja abierta las puertas para embarcarse en una aventura teatral en código de juegos, imaginación y aprendizaje.