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jueves 18 de abril del 2024

Sólo durante la muerte de Néstor Kirchner se suspendió la recaudación de coimas

«Me llama por teléfono el Lic. Baratta y me dice que vaya a su depto y lo espere. Luego supe de la muerte de Kirchner». Así comienza el relato de Oscar Centeno del miércoles 27 de octubre de 2010 a las 09:32.

Ese día no iba a haber recorridas para dejar dinero ni recaudaciones de coimas que, se sospecha, son retornos que los empresarios de la obra pública hacían al Ministerio de Planificación que conducía Julio De Vido.

Ese día, que debía llevarse a cabo el censo, la Argentina se despertó convulsionada por el fallecimiento del ex presidente en Santa Cruz. Los preparativos en torno al velatorio y al traslado del cuerpo a Buenos Aires acapararon la agenda pública y la de todo el arco político. Roberto Baratta no era la excepción.

Las anotaciones del ex chofer de la mano derecha de Julio De Vido, protagonista de las revelaciones de los cuadernos de la corrupción K, dan cuenta de los extensos movimientos del funcionario: «Lo llevo de su depto al Ministerio. Mientras lo esperaba en el depto me dijo que llamara a los chicos de la oficina y que fueran al Ministerio. Luego, a las 14:15, lo llevé al Lic. a su depto y me fui a casa».

A partir de ahí hay un bache de tres horas y media, en las cuales Baratta estuvo en el edificio de Planificación. La próxima anotación llegó a las 20:45: «Del Ministerio lo llevé al Lic. a su depto con Dalina, Mariana y Claudia (la familia). Luego, mientras esperaba a la vuelta, me llamó por teléfono y me invitó a cenar pizza a su depto. Estaba también su suegro, Dardo, porque luego de cenar teníamos que ir a Aeroparque porque llegaban los restos del Dr. Néstor Kirchner. El ministro Julio de Vido vino en otro vuelo. Luego me llamó por celular y me dijo que lo esperara en la casa del Ministro, que se iba en auto con De Vido. El cuerpo de Néstor llegó después a las 02.30. Luego lo llevé al Lic. a su depto y me fui a casa».

El 28 de octubre la jornada también fue exclusivamente dedicada a la muerte. El día comenzó temprano, a las 7 de la mañana: «Fui al depto del Lic. y lo llevé al Ministerio. Luego fue con el ministro (De Vido) a la Casa de Gobierno, donde lo velaban al Dr. Néstor Kirchner. Luego fui a la capilla ardiente. Pasó tres veces a la mañana».

Ese jueves, nuevamente sin actividad de recaudación, terminó a las 21: «Lo llevé al Lic. Baratta y a Dalina a su depto y me fui a casa».

El miércoles 29 fue el día más tranquilo. Centeno llevó a Hilda, su mujer, al hospital Ramos Mejía a las 10 de la mañana y luego retomó su trabajo, nuevamente al servicio de lo que sucedía con el ex mandatario: «Fui con los empleados de la oficina a Casa de Gobierno a despedir los restos del Dr. Kirchner». 

Los días posteriores sucedieron sin novedades. Simple rutina, con idas y vueltas a «la oficina». Hasta el 3 de noviembre, que retornaron los movimientos de dinero. El involucrado fue Hernán Gómez, asesor del Ministerio de Planificación, que se entregó el 2 de agosto, tras estar un día prófugo.

La maniobra sucedió a las 14:30 de ese miércoles. Así lo relató Centeno: «Del Ministerio lo llevé a Hernán Goméz a Callao y Perón y entregó a una persona un sobre con dinero. Luego a Chacabuco casi esquina Diagonal Sur. También entregó a otra persona en la calle otro sobre con dinero. Y luego lo llevé al ministerio. En ese interín el Lic Baretta salió con ‘Martín'».

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