Tras la polémica desatada la semana pasada, Horacio Boix, Mario Cesca y José Iantosca, tres de los principales referentes tanto de los peones como los titulares de los taxis se reunieron la mañana del lunes para discutir la posible llegada de Uber a Rosario. En el marco del encuentro concertaron una movilización para este miércoles y ratificaron el rechazo al desembarco del sistema. Aseguraron que la aplicación competirá con colectivos y taxis y «fundirá» los servicios públicos.
Durante el cónclave aclararon que pedirán audiencias con el gobernador Miguel Lifschitz, la intendenta Mónica Fein y el cuerpo de concejales. «Vamos a resistir y no por capricho. Uber atenta no sólo contra los intereses de los titulares de taxis sino de los trabajadores. A nosotros nos llevó veinte años legislar la relación laboral entre titular y chofer. Ahora graciosamente viene Uber con trabajadores monotributistas», indicó Boix y asoció lo acontecido con la crisis de 2001 cuando «estaba la industria del kiosquito y del remís ilegal», dictaminó Boix.
Además, en todo momento señaló que, en caso de arribar la plataforma precarizaría a los trabajadores y expresó: «Nos estaríamos matando entre todos porque sería el mismo collar con distinto perro. No podemos repartirnos la ‘tortita’ chiquita que ya tenemos entre los siete mil u ocho mil trabajadores taxistas con ocho mil más de Uber».
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Por su parte, Mario Cesca, afirmó que Uber «es una empresa que viene a prestar un servicio totalmente irregular como las remiserías truchas. No tiene nada que hacer en una ciudad como Rosario donde el monopolio del servicio lo tiene el municipio y está destinado a satisfacer no a los trabajadores sino a los usuarios».
En tanto, José Iantosca dijo que desde el sector procuran llegar al Senado: «Queremos prohibir este tipo de aplicaciones en toda la provincia porque las leyes laborales existen y existe todo un sistema que no hay que poner a la medida de los que se quieren llevar la plata afuera». Asimismo, apuntó a los precios del sistema: «Un Uber de urgencia cuesta cuatro o cinco veces más que un taxi» y aseguró que los choferes que trabajan en lugares donde Uber concentra el mercado «están buscando otro trabajo porque les sacan el treinta y cinco por ciento de la recaudación».
Por último, sentenció que el sistema «competiría también con los colectivos. Si nos quejamos que en los barrios los colectivos pasan cada 30 o 40 minutos imaginése si le metemos una competencia como esta. Se fundirían ellos y nos fundiríamos nosotros».