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jueves 25 de abril del 2024

Sampaoli o la hipocresía de los borrachos (2da parte)

La primera parte de mi opinión sobre el señor Jorge Sampaoli la vertí en Rosarionuestro.com el 12 de enero de 2018 por lo que no me cabe el dicho popular de que “del árbol caído todos hacen leña”. Este fue un árbol que no se cayó en su momento por la complicidad manifiesta de un sinnúmero de dirigentes comandados por Chiqui Tapia que le extendieron al entrenador casildense casi un bill de inmunidad para que hiciese lo que quisiese del desquiciado seleccionado nacional que le arrebataron manu militari a Edgardo Bauza, junto al silencio de la mayor parte de una sociedad que miró para otro lado sin denunciar obviedades.

Sampaoli o la hipocresía de los borrachos

Muchos que por entonces no dijeron ni escribieron nada ahora parecen horrorizarse por los desaguisados manifiestos cometidos bajo la conducción del fallido entrenador casildense. Fue un hecho que en un partido de fútbol observado por todo el mundo gritara Sampaoli “cagón” a un jugador croata. Las horcas caudinas lo masacran ahora por eso al robótico seleccionador, olvidando que ese mismo personaje le había gritado a un empleado municipal de Casilda guarangadas groseras como:“boludo”, “gil”, “gato” y “vigilante” entre otras lindezas, mientras el vino le hacía brotar de adentro su naturaleza de “piojo resucitado”, como dirían mis amigos del feca . Los romanos decían “in vino veritas”, esto es, que el vino nos hacia brotar desde adentro lo que en realidad somos. Y ahí quedó evidenciado lo que en realidad es Sampaoli, un pelafustán que no merece compasión alguna y que hubiera correspondido que en ese mismo momento la dirigencia comandada por el impresentable Chiqui Tapia le hubiera rescindido el contrato al desaforado sujeto por conducta indigna y que vaya a reclamar judicialmente si se siente perjudicado y a defender ante la Justicia su detestable borrachera .

Pero no. Lo que nosotros denunciamos en este medio el 12 de enero ni fue tenido en cuenta por los Tapia boys, los mismos que en su hora corrieron a Sevilla para firmar con él un contrato que todavía resulta misterioso e inhallable. Se abalanzaron sobre Sampaoli, al que el Chiqui Tapia bautizó por entonces como “el mejor entrenador del mundo”, transformándolo en una gigantrgrafía de Pep Guardiola,José Mourinho, Luis Enrique, Zinedine Zidane y Marcelo Bielsa, coronando con un fastuoso contrato oculto y misterioso a un Sampaoli que jamás había ganado un torneo de Ligas o Campeonatos de Primera Categoría, léase Premier, Serie A, la Liga, y por añadidura Brasil y Argentina. El vendehumo supremo ostentaba apenas un título Sudamericano obtenido en Chile, dirigiendo a la selección local, que había empatado la final de casualidad (Higuaín mediante) y se había coronado por penales.

Le hicieron nuestros dirigentes a Sampoli un contrato “secreto” cuyos términos nunca fueron dados a conocer públicamente y abonaron al Sevilla una indemnización más secreta todavía. Y sumemosle a este cuadro pavoroso de costosos resarcimientos que tuvo que indemnizar a Bauza al que echaron sin miramientos.

Bauza había obtenido los puntos milagrosos de los triunfos frente a Chile y Colombia que a la postre nos clasificaron. El vendehumo casildense empató en Buenos Aires con Venezuela y Perú, clasificando finalmente de extremaunción contra los suplentes de Ecuador, en un partido apenas pasable de Messi. Es curioso señalar que viene a resultar Leo Messi el causante de la mayor cantidad de desilusiones aportadas al alma futbolera de los hinchas argentinos. Un capitán errático mirando continuamente el suelo, malhumorado y sin aportar una pizca de la rebeldía mínima que se le debe exigir a quien ostenta la distinción de “Capitán” .. . ¿Iba Messi a divertirse en un campo de juego o a discutir públicamente con un entrenador que le gritaba “cagón” a un desprevenido e inocente jugador de los Balcanes?

No me meto en el aspecto lúdico del juego. Apenas apunto que ante los ojos de todo el mundo se vió un equipo desorientado, sin timón, y lo que es peor, sin puerto de destino.  Aparentemente conducido por un matrimonio mal avenido entre Sampaoli y su ayudante Becaccese, el mismo que se atrevió a ponerle una mano sobre el hombro a la estrella del Barcelona. No vimos una sola jugada preparada, ni un intento por ayudarlo a Messi a librarse de sus cancerebros. Lo único que vimos fue que se fue la Argentina hacia Rusia con un Giovanni Lo Celso ovacionado en la cancha de Boca frente a Haití y allá en Europa Sampaoli no lo puso ni en los entrenamientos. Dejo también para el periodismo especializado la averiguación de las razones por las que Sampaoli cambió al zurdo exCentral por un veraneante que fue citado mientras tomaba caipiroska en Ipanema rodeado de garotas, Enzo Pérez, que venía de hacer una temporada horrible en River. No sabía si jugar con línea de tres o de cuatro o sin nueve como en el partido final contra Francia, en la que nos volvimos con bastante anticipación a casa.

Con respecto a Sampaoli, diré que está en las antípodas mías. Es populista, rockero, dice compartir los valores de Néstor y Cristina, se hace tatuajes por toda su anatomía y se ofrece a su comunidad como borracho, guarango, pendenciaro y patoteril.

Con respecto a Messi diré que no me pierdo por televisión ninguno de los partidos con los que me deleita en el Barcelona. No me conforma para nada esta versión descafeinada que tiene Leo con la blanquiceleste, deambulando por el campo de juego mirando el suelo, y sometiéndose mansamente a las defensas contrarias. Quiero que juegue como debe hacerlo un verdadero Capitán, marcando el derrotero a sus compañeros, sin entregarse jamás y anunciando que jamás se rendirá. ¿es mucho pedir no conformarnos con el golazo frente a Nigeria? Aún con este perfil bajo, prefiero a Leo Messi mil veces antes que a otro capitán del seleccionado nacional que se mofaba de hacerle goles con las manos a los ingleses o haciéndose expulsar de un mundial por consumo de drogas prohibidas, llorando porque descubierto en sus despreciables debilidades, argumentaba que “ le habían cortado las piernas” .