16°
viernes 26 de abril del 2024

Radiografía del poder evangélico en Rosario sobre cómo ser determinantes en una elección

Se estima que solamente en Rosario hay unas 200 mil personas de esa religión. En Brasil y Estados Unidos sentaron precedentes a la hora de marcar el rumbo político.

Por Ignacio Pellizzón

Fueron los evangelistas los que llevaron al poder a Lula en Brasil con el PT y los mismos que instalaron en el gobierno al ultraderechista y actual presidente del país carioca, Jair Bolsonaro. El poder evangélico también colaboró en la victoria de Barack Obama en las elecciones en Estados Unidos. En Argentina le brindaron todo su apoyo a Néstor Kirchner como a Macri.

Se estima que solamente en Rosario hay unas 200 mil personas evangélicas. Donal Trump llegó a la presidencia de Norteamérica venciendo a Hillary Clinton por una diferencia mínima de 70 mil votos, es decir, una tercera parte de los votos que moviliza el poder evangélico en esta ciudad.

¿Cómo es posible que las mismas personas puedan votar a candidatos tan distintos y con pensamientos tan antagónicos?; ¿qué los moviliza a votar a tal o cual candidata en una elección?; ¿Acaso alguien les baja línea sobre qué deben decidir?; ¿cómo funciona el entramado y qué presencia tienen los evangélicos en Rosario?; y, por último, ¿son capaces de instalar un gobernante propio en esta ciudad?

“Te voy respondiendo de a poco”, dijo a Rosario Nuestro Walter Ghione, el pastor evangélico y nuevo diputado provincial por la lista ProVida de Amalia Granata. “Nosotros no estamos atados a una ideología, del mismo modo que tenemos una relación con Dios más libre, de menos ataduras”, afirmó sin titubear sobre la primera pregunta que se menciona en el párrafo anterior.

Quién es. Walter Ghione es uno de los pastores evangélicos más conocidos e influyentes de Rosario. No supera los 45 años, está casado con una médica y tiene dos hijas. Toda su familia es evangélica y su padre fue uno de los grandes propagadores de los templos en Rosario como en el resto del mundo.

La primera vez que vio cómo la religión y la política se mezclaban fue en los ‘90 en unas vacaciones familiares en Camboriú (Brasil). Un domingo fueron a la iglesia y el pastor reconoció a su padre, lo saludó y le contó que era el intendente de la ciudad.

En una extensa charla con este medio, Ghione explicó que los evangelistas no tienen un líder que les diga lo que hay que hacer o dónde votar, sino que mantienen una estructura “muy horizontal” en la que no hay “puestos jerárquicos” ni “bajadas de línea”. En los templos se promueven “valores y principios”.

El porqué de los ¿por qué?

Lo primero que hay que entender sobre el poder evangélico es la dimensión que tienen en el país y en Rosario, específicamente. Se estima que en Argentina hay cerca de 9 millones de fieles y unos 200 mil en Rosario que asisten a los más de 750 templos que hay distribuidos en todos los barrios de la ciudad.

“Mi papá es uno de los pastores más reconocidos de la ciudad y logró insertar más de 25 iglesias de congregación en Rosario, con sede central en calle Uriburu al 1.400; también tenemos más de 100 iglesias distribuidas en todo el país, 15 congregaciones en España -sobre todo en Barcelona- y otras distribuidas por Europa”, detalló sin reparos Walter Ghione.

Tanto en Argentina como en el resto del mundo el voto evangélico es muy codiciado por todos los partidos políticos. Por eso, en cada lista de los próximos comicios del 11 de agosto se puede detectar al menos un religioso participando, siendo los que más coparon las boletas.

El nuevo diputado provincial, que eleva el pañuelo celeste, sostiene que ellos están por encima de los partidos e, inclusive, que “no se unen por la religión, sino por compartir valores y principios como: eliminar la pobreza, atender las adicciones, fomentar la Familia como institución, insertar a los que no estudian ni trabajan (NiNi), entre otros”, contó.

“Por eso no nos llama la atención que se haya apoyado a un Lula como a un Bolsonaro; a un Néstor Kirchner como a un Macri, porque cada uno de ellos prometió dar las mismas batallas que nosotros tenemos en nuestra agenda y el hecho de compartirla fue suficiente para que creamos en ellos”, explicó el pastor.

 

La vida por la grieta

Ghione fue claro y conciso: “Cristina nunca permitió el debate sobre el aborto, pero sí se impulsaron otras medidas que molestaron mucho como por ejemplo el Matrimonio Igualitario, y nosotros estamos en contra del uso que se hace en este caso del ‘Matrimonio’, porque creemos que no lo hay; del mismo modo que no coincidimos con la ‘perspectiva de género’”.

Tanto con Néstor como con Cristina se mantenía una buena relación o, por lo menos, no había enormes sobresaltos en la agenda compartida. Pero “cuando comenzó a discutirse la Educación Sexual Integral (ESI) en adelante las cosas no fueron iguales y las diferencias se multiplicaron por lo que comenté recién, por eso después se apoyó a Macri”, dijo el pastor.

-Pero… Macri los defraudó, ¿no?

Sí, porque permitió que se discutiera el aborto, algo que para nosotros es inaudito.

-¿Ese fue el motor que los llevó a que se organizaran como una fuerza política individual?

De algún modo sí, porque entendimos que, si bien solos no nos alcanza para llegar los espacios más altos de poder, sí teníamos la fuerza suficiente como para ocupar bancas en el Poder Legislativo y, desde allí, imponer nuestra agenda, la cual siempre han desatendido el resto de los políticos.

-¿Hay posibilidades de que busquen más adelante alguna candidata o candidato para un puesto ejecutivo?

No descartamos proponer un gobernador para la Provincia o un intendente para Rosario. Siempre hay personas en la mira. Pero falta mucho.

-El principal motivo por el cual los han votado es por defender el pañuelo celeste, pero está la posibilidad de que se apruebe la despenalización del aborto. En ese caso, ¿qué otras propuestas les darían identidad como lista política?

Seguiría siendo la misma lucha. Porque esta es una pelea por la vida, no por la muerte. Del mismo modo que a una persona que le diagnostican cáncer no baja los brazos nunca porque quiere vivir, nosotros haríamos lo mismo. Buscaríamos que se derogara la ley. Seguiríamos luchando por vivir.