Se trata del consumo excesivo del alcohol en trastornos alimentarios: “la persona deja de comer para tomar alcohol y compensar esas calorías. Además, no es el consumo de un vaso de cerveza sino que son atracones de alcohol” explica la licenciada en nutrición Agustina Murcho.
“Es un exceso más estómago vacío. Las personas que lo ven de afuera no lo ven como un problema porque el consumo de alcohol está socialmente aceptado” aclara.
A diferencia de la anorexia en la que la persona no come, en estos casos evita el consumo de alimentos pero si se desencadenan consumos excesivos de alcohol.
En los Estados Unidos se estima que el 30% de las personas de 18 a 24 años saltean comidas para tomar alcohol por la noche. También se estila restringir la alimentación durante los días de semana para tomar alcohol el fin de semana.
Cómo son las personas afectadas
- Tienen baja autoestima.
- Inseguridad.
- Historias de vida que lo llevan a caer en este problema.
- Dificultades con el peso corporal.
Las consecuencias
- Deterioro de las neuronas cerebrales y alteraciones cerebrales irreversibles.
- Si bien el alcohol provee calorías no realiza ningún aporte nutricional; en consecuencia, se genera un déficit de vitaminas, minerales y nutrientes que llevan a un estado crónico de cansancio y propensión a contraer enfermedades.
- Trastorno del ritmo cardíaco.
- Alteraciones en el aprendizaje y en la conducta, lo que afectará a la vez la memoria.
“Las consecuencias son graves ya que se puede llegar a un coma alcohólico y hasta puede ser fatal. Ni hablar de otras consecuencias como abusos, embarazos no deseados, robos, etc producidos por la situación de vulnerabilidad en la que caen las personas afectadas” explica Agustina.
“Es importante aclarar que muchas veces este tipo de problemáticas se mezclan con otros trastornos como el límite de la personalidad por ejemplo”.
“El tratamiento debe encararse dentro de los tipos de trastornos alimentarios y estar bajo la dirección de un profesional especializado” concluye Murcho.
