El presidente de Rusia, Vladimir Putin, abrió este miércoles en la ciudad de Sochi una cumbre con sus homólogos de Turquía e Irán, Recep Tayyip Erdogan y Hassan Rohani, para impulsar un proceso de paz en el país árabe.
En el comienzo de su intervención transmitida por la televisión rusa, Putin enfatizó que ahora se puede «constatar con seguridad que hemos entrado en una nueva etapa, que abre la posibilidad de abordar un proceso de arreglo político». El jefe del Kremlin adjudicó esta «posibilidad» a la estrecha cooperación de los tres países en el marco del proceso de Astaná, que permitió adoptar hace un año el alto el fuego entre el régimen sirio de Bashar al Assad y los grupos armados de la oposición respaldados por Turquía.
Al mismo tiempo, el anfitrión de la cumbre trilateral invitó a sus colegas a tomar decisiones trascendentales en la reunión de este miércoles para impulsar un nuevo proceso de paz para Siria y poner los cimientos para un ambicioso programa de reconstrucción del país tras más de seis años de conflicto armado.
Putin propuso a los presidentes turco e iraní tratar durante la cumbre los aspectos organizativos del llamado Congreso de los pueblos de Siria, un nuevo formato de negociaciones que quiere convocar el jefe del Kremlin en la misma Sochi, a orillas del mar Negro. En ese sentido, el presidente ruso advirtió que «el proceso de reformas no será fácil y exigirá compromisos y concesiones de todas las partes, incluido el gobierno de Siria».
