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miercoles 24 de abril del 2024

«Puedo estar semanas escuchando Sandro»

Diecisiete años de permanencia en la escena de la música internacional es sin dudas una tarea compleja. Mucho más si se tiene en cuenta el ejercicio de fusión de géneros poco frecuentes como el swing, el ska, el tango y el jazz. No pensar en el público al momento de tocar, la química entre los integrantes del equipo, y el concebirse «más como un accidente que como un proyecto», son quizás las piezas del rompecabezas de un éxito que fluye.

Esos son los ejes que traza Diego Casanova para hablar de «Rosario Smowing», la «rockbigband» local que lo tiene como frontman desde hace casi dos décadas. Casanova cree que no hay que salir a buscar seguidores al momento de la producción musical: «No pienso en la audiencia. Sólo en no morirme. Hago canciones por una necesidad personal. Después la gente lo escucha, pero eso es un resultado», afirma distendido.

El artista califica como «formidable» la experiencia de la quinta gira por Europa, que hace poco lo tiene de vuelta en la ciudad. » Si encima de hacer lo que te gusta lográs conmover a gente de otros países, eso está buenísimo», dice sobre el hecho de haber «cruzado el charco» con una inflexión de voz en la que el placer por las melodías se vuelve tangible.

«Rosario Smowing, fue sucediendo, se fue armando. Creo que lo sostenemos a base de la confianza y la química que tenemos. A veces uno puede trabajar con grandes personas pero no llevarse bien artísticamente». Claro está: hace falta mucho más que la cordialidad para lograr un vínculo escénico de tamaña prolongación temporal.

Contrariamente a lo que podría suponerse, el cantante y trompetista indica que para entender a la banda «sólo hay que escuchar música. Desde Goyeneche a Los Palmeras. Yo soy un tipo que escucho absolutamente de todo.  Puedo estar semanas con Sandro y después pasar a Novos Baianos y así…»

El eclecticismo es un elemento que circula en la orquesta no sólo en el sentido estilístico sino hasta generacional. Casanova de 51 años comparte escenario con Sebastián Teglia, el guitarrista de 26. «No hay manera de escapar de lo que uno mama y nosotros nos fuimos nutriendo de las influencias de todos», concluye. Eso sí, siempre con una impronta en la que el disfrute emerge.