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viernes 19 de abril del 2024

Poli le pidió a San Cayetano que le «dé una mano en defensa de la vida por nacer»

El arzobispo de Buenos Aires, Mario Poli, les solicitó a los senadores “que no interrumpan la tradición de legislar para el bien común”, a pocas horas de que se vote en la Cámara alta el proyecto de interrupción voluntaria del embarazo. Sus declaraciones fueron en marco de la tradicional misa por San Cayetano este martes por la mañana en Liniers.

Poli aprovechó la ocasión y le pidió al patrono del trabajo que le “dé una mano en defensa de la vida por nacer” y aseguró que el verdadero problema de los argentinos es la pobreza. Mientras a muchos se les caían las lágrimas y lo escuchaban en silencio, el arzobispo brindó un discurso desde el escenario y lo dedicó especialmente al debate por la legalización del aborto.

“Hoy vivimos en nuestra Nación serios desafíos. Pero ninguno es tan serio y grave como el que tienen en sus manos los legisladores del honorable Senado de la Argentina. Todos sabemos que se juega la aventura de niños y niñas concebidos y que esperan nacer en el vientre de sus madres”, sostuvo sobre el panorama actual.

Sobre el proyecto de ley comentó que “pone a los indefensos y vulnerables seres humanos que se están gestando en un camino sin salida” y añadió que “excluidos de la legítima defensa, sin juicio, ni proceso, solo les corresponderá el deber de aceptar morir sin más”. Para el arzobispo, los cristianos como ciudadanos son la voz de los que no pueden hablar y defienden las dos vidas, la de la mamá y la del bebé.

Por otra parte, destacó que no juzgan a nadie “y menos a la madre que por motivos que sólo ella y Dios saben, a veces bajo presión de situaciones angustiantes, sin trabajo, solas y padeciendo hasta el final la incomprensión de su entorno optan por el aborto, que siempre será un drama, y lejos de ser una solución, con él comienza un camino difícil de llevar en la vida”.

En este sentido, resaltó que “los brazos siempre estarán abiertos para consolar, perdonar, y animar a seguir caminando porque Dios es un padre bondadoso”. Sobre el final del discurso, insistió en que elevaron “oración para que los miembros del honorable Senado de la Nación no interrumpa la honorosa tradición de legislar para el bien común, con leyes que abran a la esperanza de nuestro pueblo”.

“Quién sabe si entre ellos puedan hacer un varón o una mujer que tengan los dones académicos para llevar a nuestro pueblo por el camino del presente, la paz y de la Justicia. Quién sabe si entre ellos no nacerá un santo o una santa que haga más feliz nuestras vidas. Que este debate no oculte ocuparse del verdadero problema de los argentinos, los pobres. Los que hoy suman casi la tercera parte de la población. No sin sufrimiento ni postergación incomprensibles», concluyó.