21°
martes 23 de abril del 2024

¿Peligran los Juegos Olímpicos?: un funcionario japonés no descarta suspender el evento

El secretario general del Partido Liberal Democrático (PLD) del primer ministro Yoshihide Suga, destacó que los Juegos son "una gran oportunidad para Japón" y confió en que cuenten "con el apoyo de la ciudadanía".

El secretario general del partido gobernante de Japón, Toshiro Nikai, afirmó que la cancelación de los Juegos Olímpicos en Tokio es «una de las opciones» en caso de que continúe empeorando la situación de la pandemia en su país.

Nikai, secretario general del Partido Liberal Democrático (PLD) del primer ministro Yoshihide Suga, destacó que los Juegos son «una gran oportunidad para Japón» y confió en que cuenten «con el apoyo de la ciudadanía», aunque señaló que para que tengan éxito «hay muchos temas que resolver», en una entrevista concedida a la cadena nipona TBS cuyo contenido ha sido adelantado por los medios locales.

Cuestionado sobre la posibilidad de que los Juegos se cancelen si continúan aumentando los contagios de coronavirus en Japón, respondió que «sería inevitable tomar la decisión según la situación que se presente» antes del evento deportivo, cuya inauguración está prevista para el próximo 23 de julio.

«Si llega el momento en que no se puede hacer más (en cuanto a medidas para contener el virus), se deben cancelar de forma decidida. Si se extiende la pandemia debido a los Juegos, ¿Para qué habrán servido los Juegos?», dijo Nika.

Las declaraciones del secretario general del PLD contrastan con el discurso oficial del Gobierno japonés y del comité organizador de Tokio 2020, que desde hace meses mantienen que los Juegos se organizarán con total seguridad y sea cual sea la evolución de la pandemia.

Llegan, además, cuando faltan 99 días para la inauguración de los Juegos, y después de que en la víspera el número de contagios diarios en todo Japón superara por primera vez los 4.000 desde finales del pasado junio, una evolución que los expertos médicos del país comenzaron a calificar como una cuarta ola de infecciones.

Esta situación llevó a varias regiones niponas, entre ellas la capital, Tokio, a volver a endurecer las medidas para frenar al virus, lo que incluye acortar los horarios de apertura de bares y restaurantes y limitar más el acceso de espectadores a eventos multitudinarios.