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jueves 18 de abril del 2024

Para un economista, la baja en la inflación no fue mérito del Gobierno sino el impacto la pandemia

"Una vez que empezamos a salir del encierro saltamos al 2,7% en agosto, 2,8% en septiembre, 3,8% en octubre y terminamos con un 4% en diciembre", consideró.

La baja en más de 17 puntos en los niveles de inflación durante 2020 «no fue mérito del Gobierno si no producto del impacto de la pandemia sobre el consumo», consideró el economista Christian Buteler.

Señaló que el año pasado, «por la pandemia y el cierre de las actividades, se cayeron los precios. Hay que recordar que partimos de una inflación del 3,3% en marzo, y en abril y mayo ya había bajado al 1,5%, porque con todos los sectores cerrados no suben los precios, no fue mérito de la política económica».

«Una vez que empezamos a salir del encierro saltamos al 2,7% en agosto, 2,8% en septiembre, 3,8% en octubre y terminamos con un 4% en diciembre, lo que demuestra que la baja fue producto del cierre de actividades y no mérito de la política económica y monetaria», señaló Buteler en diálogo con la agencia NA.

Consideró «hace falta garantizar un programa coordinado monetario, que apunte a una baja de la inflación, lo cual es imposible si estás emitiendo al doble del déficit fiscal de 7 u 8 puntos del Producto Bruto».

Dijo que «se puede bajar drásticamente la inflación, la Argentina ya lo hizo», pero advirtió que para lograrlo se necesita un plan económico con «medidas coordinadas».

«Me parece, y hay antecedentes históricos, que se puede bajar fuertemente la inflación, y para eso se necesita un plan monetario, fiscal y económico coordinado que se concentren en ese objetivo», señaló.

Buteler rechazó que la inflación sea un problema cultural, al señalar que la Argentina ya lo hizo en otras épocas, lo que hay que hacer es generar las expectativas para que se crea que va a haber una baja».

«Si fuese un problema cultural nunca se podría bajar en forma drástica y la Argentina ya lo hizo y demostró que se puede», insistió.

Buteler apeló a ejemplos históricos y recordó que en 1951 la inflación del 50,2% se bajó al 19,1% en 1952, y a una deflación del 0,7% en 1953.

Dijo que en 1967 el costo de vida era del 27,4% y al año siguiente descendió al 9,6%, y al 6,7% en 1969. Recordó que en 1991 la inflación era del 84%, luego de 21 años de alta inflación y 2 híper, y en 1992 se bajó al 17,5%, y en en 1993 al 7,4%.

Citó también la crisis del 2002, cuando la inflación llegó al 40,9%, y al año siguiente se bajó al 3,7%, y en el 2004 al 6,1%.

«Se hicieron cambios en la economía que lo posibilitaron, fue duro pero se hizo. Después no se mantuvieron las variables, se perdió superávit comercial y fiscal, y eso atenta contra poder mantener la estabilidad de los precios», explicó.

Buteler, quien se desempeña como analista financiero y asesora a empresas, dijo que la meta de bajar 5 puntos la inflación del año próximo es «escasa y tampoco garantiza una baja sustentable en el tiempo».

«En la Argentina la inflación es como un adicto alcohólico, hay que cuidarla todos los días el resto de la vida, para que no volvamos a reincidir», advirtió.

Consideró que el gobierno «se propuso para este año un déficit de 4,5% y un 5% de baja de la inflación, y no una meta más ambiciosa, porque sabe que también va a tener que emitir y así no se puede bajarla drásticamente».

Además, alertó que no se pueden bajar los precios «con provincias que están aumentando la tasa de automotores, se incrementan los combustibles no por el precio del dólar o del petróleo, sino porque se suben impuestos, sabiendo que una suba en las naftas repercute en todos los precios de la economía».

El economista consideró que «hay que prohibir que el Banco Central asista financieramente al Tesoro, pero eso solo no basta».

Consideró que el cierre de la inflación del año anterior del 36,1% es «muy preocupante, sobre todo por la forma en cómo se llega, a toda marcha y acelerando».

Advirtió que este año «se producirá el descongelamiento de las tarifas y descongelar es duro, ya lo hemos vivido con el gobierno anterior».

Dijo que también presiona «la masa de dinero que implican las letras LELIQ, que es inflación futura, y en cualquier momento se puede disparar hacia los precios y al tipo de cambio».