La derrota ante Godoy Cruz el pasado lunes por la tercera fecha de la Superliga ha dejado un manto de preocupación en el mundo Newell’s y, fundamentalmente, en su entrenador Omar De Felippe.
Si bien el técnico rojinegro destacó algunos cosas positivas pese al resultado adverso y tras llegar al décimo partido sin poder ganar en condición de visitante desde que asumió en el cargo (9 derrotas y un empate), un nuevo traspié hizo entrar al equipo y al cuerpo técnico en una nueva nebulosa.
El conjunto leproso ha recibido 6 goles en lo que va del certamen, con errores de todos los colores que un equipo puede cometer cuando las cosas no salen del todo bien. Pelota detenida, mal retroceso en un contragolpe y errores defensivos a la hora de una salida desde abajo componen el popurrí de desconciertos que se ha visto hasta el momento.
De Felippe sabe a la perfección que «ningún técnico hoy tiene tanta espalda como para bancar malos resultados», tal como manifestó en conferencia de prensa después del encuentro en el estadio Malvinas Argentinas de Mendoza.
En otras palabras, el ex DT de Vélez confesó que «cierta gente se pone muy nerviosa y cuando pasan estas cosas no ayuda al plantel a salir adelante». Se entiende que el propio entrenador se sintió tocado cuando su vicepresidente, Cristian D’Amico manifestó públicamente que «se hizo el esfuerzo necesario para que lleguen los refuerzos y que, de ahora en más, la tarea pasa en manos del cuerpo técnico y los jugadores».
El arranque no fue el esperado y los números en los primero tres partidos que van del campeonato hablan por sí solo. El plantel y la CD leprosa banca al máximo a De Felippe pero lamentablemente los resultados mandan en el fútbol y mucho más en el argentino. El partido frente a Atlético Tucumán tendrá varias miradas posadas en lo que pueda entregar y el DT tendrá la posibilidad de revertir esta situación desfavorable de la cual todavía está a tiempo.
