Por el mundo se despidió anoche de los domingos con un programa especial en el que Marley y Lizy Tagliani recorrieron los lugares más emblemáticos de Buenos Aires: El Teatro Colón, la Villa Olímpica de Villa Soldati, una pizzería típica de la calle Corrientes, Puerto Madero, el Jardín Japonés, el Congreso Nacional. Pero el punto fuerte del programa sin duda estuvo en el segmento en que se vió la visita que hizo Marley junto a su hijo Mirko a la Casa Rosada, semanas atrás, donde se encontraron con el presidente Mauricio Macri. Este es el segundo presidente de un país con el que se encontró en persona Mirko, quien antes ya estuvo con Barack Obama cuando lo entrevistó su padre.
El primer encuentro fue extraño: Mirko, el pequeño hijo de Marley apenas vio al presidente mordió el micrófono que sostenía su padre. Al gracioso gesto Macri le respondió al pequeño «vos comes gracias a ésto» y luego rió efusivamente.
Deci que no había nadie de prensa sino Mirko daba su primera conferencia de prensa presidencial! #casarosada #porelmundo @telefe pic.twitter.com/krcWQJBlR3
— MARLEY – ALE WIEBE (@marley_ok) August 20, 2018
Macri es el segundo presidente que conoce Mirko, el primero fue Obama con tan sólo 9 meses.
Mirko, nueve meses de vida y ya estuvo con 2 Presidentes! @BarackObama @mauriciomacri #porelmundo @telefe pic.twitter.com/x5Lqw8vfKC
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Una de las preguntas que le hizo Marley a Macri fue si disfrutaba tener tanto poder. «Es mucha responsabilidad. Los días que estás conectado con el hacer son muy gratificantes porque sabés que le podés cambiar la vida a mucha gente, pero los días que estás conectado con el conflicto es duro» respondió Mauricio.
Más tarde el conductor le hizo otra pregunta vinculada a la vida personal de Macri y fue si Antonia , la hija más pequeña del Presidente, tenía conciencia del cargo que ocupaba su padre. «Yo intento que viva esto con la mayor normalidad posible. Trato de que cuando llego a casa, la política quede afuera. Vuelvo a eso de las 7 y ahí entro al mundo de ella», respondió. Luego sentaron a Mirko en el sillón que usa el Presidente en su escritorio. Al pequeño no le gustó y se puso a llorar enseguida. » ¡No quiere saber nada con tanta responsabilidad!», acotó el padre, con el humor que lo caracteriza.
