A raíz de una requisa rutinaria llevada a cabo en la Unidad Penitenciara Nº 3 se logró descubrir un pozo en una de las celdas del pabellón Celular A, por el cual los tres reclusos que ocupaban dicha celda pretendían fugarse. Los internos fueron trasladados a la cárcel de Piñero y se les inicio un sumario por falta de conducta.
Aparentemente los reclusos se valieron de dos barrotes de acero para cavar el pozo, los cuales se desconoce cómo llegaron a sus manos. En el momento de la requisa, el túnel alcanzaba los 80 centímetros de profundidad y los 50 centímetros de diámetro.
De todas formas, para haber alcanzado la vía pública, deberían haber cavado unos 20 o 30 metros más por lo cual se trataba de un plan de escape más bien complejo. Se cree que los presos descartaban la tierra que extraían de la excavación, en baldes que escondían debajo de sus camas, según afirmó el Secretario del Servicio Penitenciario, a lo que destacó la importancia de realizar requisas diarias a fin de frustrar cualquier tipo de acción que atente contra las normas establecidas en el penal.
El pabellón Celular A tiene 22 celdas donde duermen entre dos o tres internos, y la mayoría de ellos son presos de buena conducta, con condenas de corto plazo, algunos inclusive gozan del derecho de libertad condicional. En el caso puntual de los reclusos que iniciaron la excavación, están condenados por hechos de robos, con penas menores a los cinco años, inclusive uno de ellos estaba próximo a obtener su libertad condicional, hecho que se verá retrasado por su mala conducta.
A raíz del descubrimiento la celda quedo clausurada, y se llevaron adelantes varias requisas para comprobar que las demás celdas estén en las condiciones que deben y que este hecho particular no sea parte de un plan mayor.
