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viernes 19 de abril del 2024

Merlí: «Me encantaría conocer Rosario»

Un profesor que dicta clases a un grupo de adolescentes. El aula como escenario de múltiples historias. La filosofía como un acervo de herramientas que trasciende lo pedagógico. Todos elementos que ya fueron probados en el mundo de las ficciones. La sociedad de los poetas muertos con un conmovedor Robin Williams a la cabeza, es, quizás, la máxima expresión artística que se había visto al amparo de esos hilos narrativos y su Carpe diem, frase de cabecera de la película, la prueba viviente de que en la escuela puede aprenderse mucho más que un cúmulo de contenidos a reproducir en la temerosa instancia del examen.

Si bien las historias escolares, sobretodo en el ámbito de la televisión, siempre acapararon el paisaje del espectáculo, hacía décadas que no se abordaba el binomio del docente y los alumnos con profundidad dramática y, al mismo tiempo, el visto bueno de los espectadores. Hasta que en 2015 se estrenó Merlí, la serie española que arrasa en todo el mundo, particularmente en Latinoamérica, a través de Netflix, protagonizada por Francesc Orella y una liga de jóvenes intérpretes.

En el pico más alto de su popularidad, el actor catalán de 60 años, habló en exclusiva con los periodistas Florencia Scofano y Emanuel Rodíguez para el programa El Puente, que se emite por Radio Mitre Rosario. Confeso admirador de Leonel Messi, Orella puntualizó en su fanatismo por el rosarino: «Soy hincha del Barcelona, soy culé y Leo Messi es lo mejor que nos ha pasado». Por otra parte, analizó las repercusiones del programa y no descartó la posibilidad de una cuarta temporada.

En ese sentido, después de unas breves lecciones de catalán a los oyentes entre algunas risas, aseguró: «Sabemos muy bien lo que está pasando en Latinoamérica y particularmente en Argentina. Estamos encantados. Para nosotros es una gran satisfacción. Teniendo en cuenta el éxito que tuvo la serie, es de esperarse que se haga una cuarta temporada».

No obstante, aclaró que el guionista Héctor Lozano pensó los episodios en tres partes por lo que el formato que mejor se adaptaría sería el del spin off, que permitiría desarrollar las historias de los personajes situadas previamente al universo propuesto. Avanzada la conversación, Orella contó que visitó la Argentina, puntualmente Buenos Aires y la Patagonia y que trabajó con artistas nacionales como Darío Grandinetti y Malena Alterio.

«El lazo (con Argentina) está pero me gustaría que fuera más fuerte. Es un país maravilloso. Me encantaría volver y conocer Rosario», confesó. A su vez, explicó que al presente encabeza Arte, una obra de teatro de la dramaturga francesa Yasmina Reza, traducida a múltiples idiomas, que durante largas décadas protagonizaron sobre tablas criollas Ricardo Darín, Oscar Martínez y Germán Palacios.

Merlí bucea sobre problemáticas como la relación  entre padres e hijos, las familias, el amor, las primeras experiencias sexuales y el bullying. Al respecto, Orella especificó que «la serie es ficción pero pretende ser real y refleja cuestiones del mundo de la enseñanza, que están muy a flor de piel en nuestra sociedad». Además, con humildad detalló que el vínculo con los jóvenes actores del elenco se construyó a partir del aprendizaje: «Me sentí muy a gusto con cada uno de ellos. Son todos muy profesionales, espontáneos, rápidos y disciplinados. Fue muy fácil trabajar juntos».

En esa línea, sobre el cierre de la charla, el artista de vasta trayectoria, admitió haberse encariñado con el personaje desde los albores del rodaje. «Me encantó desde el principio. Lo sentí muy próximo. Tengo muchas cosas en común, desde el sentido del humor y la rebeldía, esa parte de lo políticamente incorrecto y lo provocador; hasta la relación con las mujeres. Tiene sus virtudes pero también sus defectos; me lo apropié enseguida».

Después de todo, quizás la aceptación masiva del entrañable Merlí, resida en el regreso del infalible vínculo maestro-alumnos a la pantalla. Pero también en sus fisuras, en sus imperfecciones; como padre, como pareja y compañero. Tal vez la fórmula del éxito radique, parafraseando a Nietzsche, en que Merlí es humano, demasiado humano.