Humo, humo y más humo. Eso es lo que se respira en Rosario en las últimas semanas. Ante tanta intensidad, ya es normal la alta frecuencia de personas a consultorios y hospitales por problemas respiratorios. Pero tal vez los más afectados son los asmáticos, que sienten que «no pueden respirar».
La inmunóloga Natalia Cochet contó que las quemas dejan partículas de humo suspendidas en el aire que, aunque no se ven, siempre están. «Mis pacientes asmáticos tienen un retroceso en su tratamiento. Muchas veces, tengo que agregarles otra medicación, lo cual no es favorable», lamentó.
«Para nosotros es frustrante porque esto hace que el paciente tarde mucho en estabilizarse», prosiguió la doctora en diálogo con Radio Mitre Rosario. Y agregó: «Que te llamen, que vayan a la guardia desesperados y te digan ‘No puedo respirar, siento una piedra en el pecho’, es terrible».
Los cuadros más comunes, según contó Cochet, son ojos llorosos, molestias en la garganta, congestión y tos. De hecho, en algunos casos este último síntoma es tan agudo que las personas terminan vomitando.
«Estos cuadros son provocados por las partículas más grandes. Pero hay partículas más pequeñas que son las que me dan más miedo a mí, porque pasan al torrente sanguíneo y todavía no sabemos qué consecuencias nos pueden generar», concluyó la profesional.
