El fuego otra vez invadió Rosario y el aire se tornó irrespirable. A eso se sumó una densa lluvia de cenizas que se vio en las calles y hasta en los patios, terrazas y balcones. Los incendios en las islas arrasaron con más de 2.400 hectáreas. Así lo indicó Néstor Di Leo, integrante del Observatorio Ambiental de la UNR.
Según Di Leo, el foco ígneo se ubica en la traza vial que se extiende entre Rosario y Victoria. «Es el que generó la lluvia de cenizas y hasta el momento ya lleva quemadas 2.400 hectáreas», afirmó.
Por otra parte, remarcó que las condiciones meteorológicas, con presencia de fuertes vientos, dificultan el trabajo de brigadistas que procuran sofocar las llamas. «Es de esperar que no sea fácil», lamentó y aseguró que las ráfagas que provenían desde el norte provocaron la gran cantidad de material tóxico que se esparció por la ciudad.
A su vez, el especialista ilustró la magnitud del desastre. «El parque Independencia tiene 165 hectáreas, con lo cual ahí tenemos una relación de la magnitud del área, del daño al medio ambiente. Es un verdadero ecocidio», concluyó.
