En las últimas horas trascendió un hecho que se volvió viral por algo que habitualmente no suceden por los tiempos que corren. Rocío Moreti, una joven rosarina, le pidió casamiento a su novio Franco Farías mientras jugaba al fútbol en un torneo que se disputa en la localidad de Funes.
El joven, de 28 años, estaba disputando un partido de fútbol en el Liceo Aeronáutico de la vecina ciudad y cuando terminó, el árbitro lo llamó y le sacó una tarjeta azul. Desconcertado, miró a su alrededor y la vio a ella arrodillada junto a tres amigas que exhibían pancartas con fotos de ambos donde estaba escrita la propuesta.
En diálogo con El Puente por Radio Mitre Rosario, Rocío Moreti, la chica de la sorprendente iniciativa, contó cómo llevó a cabo la propuesta y los motivos que la llevaron a semejante acto de amor.
«Esto fue todo por amor. Elegí ese contexto y lugar para hacer la propuesta porque él ahí es feliz y hace lo que le gusta», expresó la novia.
Rocío se refirió también se refirió a cómo se las ingenió para dar con el momento justo para asombrar a su prometido: «Se me complicó en un momento porque la sorpresa iba a ser para fines de septiembre, pero Franco me dijo que no quería seguir jugando más porque al equipo le estaba yendo mal. Me decía que iban a ser sus últimos dos partidos pero por suerte ya estaba todo en marcha porque había hablado con sus compañeros y la gente organizadora del torneo. Yo ya había comprado los anillos y por fortuna lo pudimos hacer ese sábado».
Cuando fue consultada por la importancia que se le dio en redes sociales y medios, la joven admitió: «Todo esto trascendió y se viralizó porque fue la mujer la que le pidió arrodillada casamiento al hombre. Mis amigas estaban aterrorizadas por el miedo a recibir la negativa y yo no estaba tan segura. Esa fue mi respuesta y yo siempre me pregunté por qué siempre el riesgo lo tenga que tomar el hombre».
Y agregó: «Estaba preparada para recibir una respuesta como de esperar un tiempo más porque hace 6 meses que estamos juntos. Yo quería demostrarle de alguna forma a la otra persona que me la juego y mi compromiso es serio».
Por último, la mujer dio a entender que el contexto y sus cómplices para realizar la propuesta colaboraron para que todo salga de la mejor manera: «El entorno fue maravilloso porque el equipo que jugó contra ellos estaban enojados con el árbitro pero cuando se detuvo el juego se pararon a aplaudir y se asombraron por los carteles. El acompañamiento fue excelente y después fuimos a un bar de Fisherton para tomar algunas cervezas junto a amigos y los compañeros de equipo de Franco».
