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miercoles 24 de abril del 2024

“Lo amé profundamente” y “éramos una pareja sin sexo”, las confesiones de Coppola sobre Maradona

El histórico representante habló de todo lo que representaba el 10 en su vida en una charla íntima con Flor Peña.

Diego Maradona y Guillermo Coppola fueron, prácticamente, el otro matrimonio de la vida del 10. El legal fue con Claudia Villafañe, pero la historia de amor y odio, bien al estilo del astro argentino, entre el exfutbolista y su histórico representante no anduvo lejos. «Lo amé profundamente», admitió el empresario entre una de las tantas confesiones que realizó en una charla íntima con Flor Peña. «Éramos una pareja sin sexo», añadió sobre la relación que tenían.

Cara a cara, living de por medio, Coppola dialogó con la actriz en una particular entrevista para Infobae en la que los dos intercambiaron roles, se hicieron preguntas y respondieron sin esquivar ninguna. Uno de los temás más atrayentes de la charla fue la relación de Guillote con Diego, a quien recordó con mucha emoción a casi un mes y medio de su muerte.

«Bueno, sacando la familia, Diego, el gran amor. Dijeron ‘amantes’ hablando de nuestra relación, ‘porque Coppola lo ha dicho’. No, yo siempre dije que éramos una pareja sin sexo. Hemos compartido, nos chocamos la cabeza en más de una oportunidad. Pero no se dio. Y si se hubiese dado, lo hubiese dicho. ¿O tengo que rendirle cuentas a alguien de lo que hago con mi vida? Sí, lo amé profundamente y para mí fue, te diría, una de las pérdidas más fuertes en mi vida. Está caliente todavía», comenzó el exagente de jugadores, que dejó a todos sus representados cuando empezó a trabajar con Maradona a mediados de la década del 80.

Acerca de sus últimos encuentros con Pelusa, contó: «Lo vi en febrero, cancha de Quilmes, primer partido de la Copa Argentina. Nos abrazamos. Llamaba. El día del velatorio de su papá, hace un par de años largos, me llama para que esté porque Don Diego me amaba. Me hace llevar la manija del cajón de su padre. O sea, después de esas diferencias que tuvimos, ‘me robó la plata de mis hijas’, no me interesó nada, si yo sabía que no era así. Era un hombre herido al que su gran amor lo había abandonado».

«Me tenía que enmendar, y me lo anticipó. ‘¿Qué podrá decir si las vivimos todas y las dijimos todas?’, pensaba yo. ‘Me robó la plata de mis hijas’. Fue un golpe fuerte. Le demostré que no era así: las diferencias que tuvimos las resolvimos delante de un juez. Voy a darle la mano y él me dice: ‘¿La mano me das?’. Yo no sabía qué hacer. Era mi pareja. Era el gran amor. Nos despedimos así. Él en una piedra y yo en otra. ‘Yo te voy a seguir amando, pero no te des vuelta porque no te vas'», continuó Coppola y siguió: «Mirá la seguridad que tenía. Me dijo: ‘Donde te das vuelta, no te vas a ir y vos decidiste irte. Yo te voy a seguir amando’. Entonces giré y tuve que caminar veinte metros. Me hubiese dado vuelta cuarenta veces. Pero dije: ‘Donde me doy vuelta, no me voy’. Y seguí, seguí, seguí. Lo vi en febrero. Lo vi en marzo. Hablé un par de veces por teléfono. Julio. Lo llamé para su cumpleaños, que salió ahora que estaba tan mal, y no pude hablar. Esa pérdida es muy fuerte, muy fuerte. Éramos Starsky y Hutch. Nu y Eve».

Con respecto a cómo fue el momento en el que se enteró de la muerte del 10 el pasado 25 de noviembre, recordó: «Cuando sucedió, primero no lo podía creer. Estaba al aire en la radio y de repente Guido (Kaczka) hace el comentario: ‘Guillermo, ¿estás ahí?’. No se animaba. Se confirma y, bueno, terrible, llanto. Después, el velorio. Me puse a disposición de las chicas, que se criaron con uno. Bautismos, comuniones, cumpleaños, colegio. No me olvido. Esa Claudia que iba y venía, llevaba y traía y tenía además a Diego que era un hijo más. Porque no era fácil, no era fácil ser Maradona y no era fácil estar con Maradona. Se me caían las páginas del libro, pum, pum, pum. No podía creer».

«Bueno, llega el velorio. Lo que pasó superó todo lo imaginable. Llega el entierro. Grupo familiar. Sus cinco hermanas. Su hermano Lalo. Hugo no vino porque estaba en Italia y no llegó. Sus sobrinos. Sus cuñados. Verónica Ojeda, la mamá de su hijito último, de Dieguito Fernando. Llega el momento de la manija, yo estaba ahí, fui al cajón. Sentí que lo tenía que acompañar hasta el último momento», prosiguió el relato del actual panelista de Radio La 100, que añadió: «Agarro la manija y me doy cuenta de que Jana queda detrás mío y que el marido de Dalma queda sin manija. Entonces me aparto dando lugar y una voz que dice: ‘Nadie mejor que vos para llevar esa manija’. ¿Querés que te diga? Sentí que era él. Te estoy contando y sentí que era él (se quiebra y llora). La agarro con fuerza. Estaban sus hijas, el cajón era pesado. Iba caminando y lo iba puteando. ‘Me fallaste, hijo de puta, me fallaste porque vos me ibas a llevar a mí'».

«¿Entendés? Nosotros en esas charlas de amigos nos prometimos que él me iba a acompañar hasta el final y fue al revés. Por eso le agradezco a la familia, a toda. Sus hermanas. Pueden tener diferencias. A Dalma, Gianinna, Jana. A Claudia. A todos los que ahí estaban que me permitieron no soltarle la mano hasta que lo pusimos en ese hueco», concluyó emocionado Coppola.