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viernes 03 de mayo del 2024

Las Sociedades Anónimas y el fútbol que quiere Macri

En la última semana, el tema se instaló en la agenda mediática a partir de la investigación del sitio dobleamarilla.com, que refleja la situación actual y da cuenta de la primer reunión concreta entre empresarios y representantes del gobierno. La presentación oficial ante privados que buscarán ser dueños o gerenciadores ya tuvo nombres concretos de clubes como posibles destinos de las «inversiones».

El «cambio» hacia las SAD es un asunto prioritario e «inevitable» dentro de la agenda nacional para el 2018. El momento para implementarlas por primera vez con respaldo oficial será después del Mundial de Rusia. Los potenciales interesados en ingresar en el «nuevo fútbol» ya escucharon desde el Gobierno Nacional cuáles son los clubes que aparecen, por ahora, como las principales oportunidades para invertir: Arsenal, Olimpo, Newell’s, Quilmes, All Boys, Sarmiento e Independiente Rivadavia de Mendoza. La presencia de Newell’s en esta lista de 7 equipos de Superliga y B Nacional es la más destacada. Los descalabros institucionales junto a la intervención judicial cada vez más rigurosa, ubican al club rosarino entre los clubes que Macri y compañía ofrecen para la venta.

Sin embargo, en pos de conseguir una transición menos brusca, la intención es arrancar con «cuatro casos testigos» en cuatro ciudades importantes del interior: Racing de Córdoba, Tiro Federal de Rosario, Gimnasia y Tiro de Salta y Gimnasia de Mendoza.

¿Qué tiene que pasar?

Los hombres encargados de allanar el camino para la SAD están definidos hace bastante. Por un lado aparecen Fernando de Andreis, Secretario General de Presidencia, y el asesor y ex Director de Fútbol Para Todos Fernando Marín. Además juega un rol protagónico Daniel Angelici, presidente de Boca, quien ya empezó el «lobby» entre sus pares del fútbol en busca del consenso de AFA y Superliga. Desde las sombras, también opera Fernando Niembro, otrora periodista y hombre muy cercano a la figura presidencial.

En cuanto a la implementación, es necesario modificar una ley nacional vigente. El cambio se puede realizar vía Congreso o por decreto. Dicho proyecto de ley impulsado por el gobierno para habilitar a las SAD tomará elementos de las ligas de España, Alemania e Inglaterra.

Pero este no es el único paso. En la actualidad, las sociedades anónimas deportivas están aprobadas mundialmente por FIFA, sin embargo, en Argentina se encuentran prohibidas por el reglamento de AFA. Por lo tanto, se tiene que dar también una modificación en el estatuto de la casa madre del fútbol nacional. Sin embargo, es un secreto a voces dentro de la sede de calle Viamonte que esto último va a suceder: antes del mes de octubre habrá una asamblea extraordinaria y se efectuará el cambio que se necesita para que las SAD lleguen al fútbol nacional. La reforma del estatuto se va a adecuar al nuevo marco legal promovido desde el Congreso.

Cumplimentados estos dos pasos, también es necesario un tercer requisito: cada club deberá votar en asamblea de socios si aprueba o no que la institución le abra las puertas a «accionistas privados».

La deuda pendiente del Presidente

El desembarco de las Sociedades Anónimas al fútbol argentino es un tema que ocupa buena parte de la agenda desde el 2016. Durante ese año, hubo un intento de proyecto de ley que contó con el rechazo de varios clubes y gran parte de la opinión pública. La «batalla» se pospuso para los próximos meses.

En un nota para goal.com, el periodista Ezequiel Scher analizó en ese momento los antecedentes en el fútbol argentino más cercanos al modelo que se pretende habilitar y recordó los episodios más destacados de lo últimos años.

A mediados de 1999, Mauricio Macri era el presidente de Boca y, con el respaldo del reciente bicampeonato conseguido, golpeó las puertas de AFA para lograr que se analice la chance de que cada club tenga la posibilidad de convertirse en Sociedad Anónima. Consiguió que haya una votación y perdió 38 a 1. Desde que es presidente de la Nación, está trabajando para cumplir ese sueño trunco, la deuda que quedó sin saldar.

Fernando Marín es uno de los hombres designados por Macri para concretar el cambio, sin embargo hace casi dos décadas atrás, fue uno de los primeros protagonistas de este controversial asunto. Como gerenciador de Racing, logró romper una racha de 35 años sin campeonatos, pero no dejó un grato recuerdo en los hinchas. Es más, va a la cancha con custodia.

Armando Pérez era el propietario de TSU Cosméticos y, con el capital generado en esa empresa, compró el 70% de Córdoba Celeste, gerenciadora de Belgrano hasta el 2011. En ese año el club volvió a ser de los socios, quienes eligieron democráticamente a Pérez como presidente. Hombre siempre cercano al poder, contó con el respaldo de Macri para arribar a la Comisión Normalizadora de AFA, aunque las cosas no salieron como se esperaban.

La pregunta es, ¿cómo llegaron Marín y Pérez a gerenciar clubes en Argentina? Por la ley 25.284, sancionada el 6 de julio del 2000, denominada Régimen Especial de Administración de las Entidades Deportivas con Dificultades Económicas. La idea era evitar la quiebra, tal como la síndico Liliana Ripoll había aventurado para Racing.

Entre los objetivos de la normativa se destacaban tres puntos: a) proteger al deporte como derecho social; e) superar el estado de insolvencia y f) recobrar el normal desempeño institucional de la entidad. Esto no significaba pasar a ser una sociedad anónima, sino ser gestionado o administrado por una.

Durante el 2016, los clubes se opusieron oficialmente a esta posibilidad. San Lorenzo fue el primero en proclamarse, de forma unánime y a través de una Asamblea, contra el proyecto de ley oficial que permitiría el «ingreso de las S.A. como forma jurídica para administrar los clubes».

Racing también emitió un comunicado titulado «Por siempre de sus socios», donde hay un repudio directo al mencionado proyecto. Hasta se realizó un referéndum en las puertas del Cilindro antes de un partido y los socios fueron claros: 99% en contra y 1% a favor.

River también expresó de forma pública su rechazo, mientras que Rosario Central fue un poco más allá con la última reforma en el estatuto. En la misma se dejo establecido que el club se impone con la finalidad, entre otras, de «constituirse y organizarse como entidad deportiva y social, no pudiendo transformarse en Sociedad Comercial de ningún tipo». Todos estos clubes ya fijaron postura y el NO a las Sociedades Deportivas Anónimas es claro y contundente.

Las SAD en el mundo: ¿éxito o fracaso?

A principio del mes de enero, el periodista Pablo Jiménez reveló en dobleamarilla.com que existe un debate en Casa Rosada sobre los modelos del fútbol internacional a seguir para la implementación en el país del proyecto de ley. En esta investigación, se detalla que no hay una «coincidencia total» y aparecen las ligas de España, Inglaterra y Alemania como «grandes musas».

De la Bundesliga se toma que el proyecto de ley que saldrá al Congreso en el primer semestre tiene como restricción que como mínimo el 51% de las acciones se conservan para las clubes con la acción de oro para sus socios. De esta forma, coexisten una junta directiva del club con un concejo de administración de la sociedad anónima. Las únicas excepciones a esta regla son el Bayer Leverkusen y el Wolsfburgo que cedieron la totalidad a las empresas Bayer y Volskwangen.

En los mencionados bocetos del 2016, los principales artículos eran una copia del modelo español que rige desde 1990 a través de la Ley del Deporte. El punto más controversial establece que, en caso de que las empresas fracasen en su administración, la responsabilidad de las pérdidas se carga a los clubes.

En tanto, del modelo inglés lo que interesa es la tutela que ejerce el Estado sobre los privados que administran los clubes. Además, el formato de la Premier League es el que más seduce por su comercialización en el plano internacional.

La intención es clara y está a la vista. Al momento de analizar si el modelo de las SAD ocasionó beneficios o pérdidas a los clubes dentro del fútbol internacional, hay una gran cantidad de experiencias que dejan salgo negativo. Por ejemplo, el modelo más mirado de Sudamérica es el fútbol de Chile.

El impulsor de la ley chilena que rige desde el 2005, el ex ministro Francisco Vidal, asumió años más tarde su error: «Me arrepiento de haberla impulsado. La ley era para salvar a la actividad, pero no ha resultado porque los clubes grandes deben el doble que antes y el 85% del total están quebrados».

En Argentina, Sportivo Barracas estuvo muy cerca de desaparecer después de la llegada del Grupo Económico Inversor S.A. en 2003. Fueron 6 años en los cuales cambió de ciudad, estadio y colores, pero siempre profundizó los problemas económicos.

En España, la gran mayoría de los clubes son SAD, menos los dos más importantes. Ni Barcelona ni Real Madrid adoptaron este modelo, a pesar de los constantes intentos. Sobran los casos de equipos fundidos que dejaron de existir o estuvieron cerca de hacerlo: Badajoz de Tinelli, Leganés de Grinbank, Rangers de Escocia en el 2012, Fiorentina en el 2002, Napoli en 2004, Porthsmouth y Leeds en Inglaterra y la reciente desaparición del Parma en 2015 y se refundación con otro nombre.

Según los promotores, las Sociedades Anónimas llegan para salvar a las entidades que están condenadas a la crisis, a los clubes que son deficitarios y sufren malas administraciones. Sin embargo, el trasfondo y el riesgo de permitir esto es mucho mayor.

La privatización de las entidades civiles sin fines de lucro es un paso gigante hacia un terreno desconocido y confuso. Ahí, con empresarios buscando su rédito y compitiendo en un mercado sin reglas ni controles, la pasión no tiene demasiado lugar. A partir de este cambio, los colores, la cancha, el escudo, todo lo que simboliza y representa a un club, pasa a tener un dueño.

Fuentes: