La vicepresidente, Gabriela Michetti, debió sortear algunos inconvenientes a la hora de ejercer su autoridad en la apertura de las sesiones ordinarias este jueves. Al parecer, los legisladores se encontraban un tanto rebeldes en el Congreso y no respetaban a la autoridad del Senado, que tras varios llamados de atención protagonizó una insólita perlita.
Con 20 minutos de atrasos, los diputados y senadores seguían muy entretenidos saludándose los unos a los otros. Por esto mismo, Michetti le reiteró varias veces a los presentes que tomen asiento. Al no obtener respuesta, resignada, decidió pedirle ayuda al presidente de la Cámara de Diputados, Emilio Monzó, olvidando que el momento estaba haciendo registrado por la transmisión oficial.
“Me encanta la bola que me dan”, lanzó en primer lugar la vicepresidente, mientras tapaba el micrófono. “Hablá vos, dale, ayudame boludo» le dijo a Monzó, para continuar reforzando: «Es que no me dan pelota, nadie me da pelota».
